La familia Malfoy es exigente y no acepta algo que no sea perfecto.
Él fue el hermano perfecto, hijo perfecto, amigo perfecto, estudiante perfecto... Él era todo lo que cualquier familia quisiera por hijo.
Pero jamás fue suficiente, él era...
Difere...
-Estaba algo nervioso en mi clase de adivinación- Comenzó el Nott.
-Cómo no- Soltó Jo viendo el camino al que se dirigía Jasper.
-No tiene nada que ver con él- Aseguró Jasper- Bueno, un poco sí, estaba nervioso porque no dejaba de verme y de pronto un ataque llegó y leí la mente de alguien-
Jo se acercó a su amigo con una sonrisa y besó su mejilla para que se sintiera mejor, pues sabía que Jasper no disfrutaba de leer mentes ajenas sin permiso.
-¿Y qué viste?- Insistió Liam acercándose.
-La mente de Potter...- El Nott bajó la mirada-Y pensaba en cómo va a invitar a salir a Lily Evans frente a todos... Para que así no pueda decir que no... Y como sé que tú...-
-Típico, compromiso social, que idiota ¿Cree que Evans se va a dejar engañar por eso? Y que malo, comprometerla frente a todos- Decía Josephine enojada.
Liam simplemente suspiró y contra los pensamientos de Jasper, que juraba que Liam iba a golpear a Potter, sonrió.
-Con permiso- Dijo el Malfoy antes de irse.
-¿Y ahora? ¿Qué le pasa a este?- Jo vio a Jasper- Pensé que mínimo...-
-Sí lo sé- Interrumpió el ojiazul.
El rubio Malfoy salió de la sala común y caminó tranquilo a la biblioteca donde sabía que estaría Lily.
Al llegar la buscó en la última mesa del lugar, oculta tras una pila de libros estaba la pelirroja Evans leyendo tranquilamente con una sonrisa.
-Mi hermosa Lily Evans- Saludó Liam sonriendo.
La chica levantó la vista y sonrió al Malfoy, se acomodó para dejarle espacio en la banca y Liam tomó asiento.
