La familia Malfoy es exigente y no acepta algo que no sea perfecto.
Él fue el hermano perfecto, hijo perfecto, amigo perfecto, estudiante perfecto... Él era todo lo que cualquier familia quisiera por hijo.
Pero jamás fue suficiente, él era...
Difere...
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❝Biblioteca, baño, jardín...❞
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Lily dormía plácidamente en su cama, la habitación que la Gryffindor compartía con dos de sus amigas estaba en total silencio mientras dos de las tres chicas que la habitaban dormían.
Marlene, al contrario que sus compañeras, estaba en en pasillo caminando de un lado a otro totalmente nerviosa.
–Gracias por el favor–Habló Liam apareciendo de pronto.
–¡Santa Euphemia Potter!–Chilló la rubia para luego verlo molesta–¡Me asustas!–
–Pero si ya sabías que venía–
–Págame y vete–
El Slytherin sacó una bolsita de cuero con sus iniciales y se la entregó a la McKinnon que sonrió complacida con su nueva ganancia.
–Está adentro, trata de no despertar a Dorcas mientras cuento–Habló la Gryffindor abriendo la puerta de su habitación.
Liam se acercó hasta la cama donde estaba su novia y cubrió su boca para evitar que grite.
Ella abrió los ojos y casi suelta un chillido de no ser porque reconoció esos ojos azules que la veían en medio de la noche.
–¡Me asustaste!–Regañó una vez él quitó su mano de su boca–¿Cómo entraste aquí?–
En ese momento Marlene entró muy feliz tarareando algo de tener 100 galeones gratis.
–Vendida–Acusó la Evans a su amiga y ella solo sonrió.
–Cámbiate–Pidió Liam sonriendo–Vamos a leer–
Lo último apenas fue dicho cuando la novia del chico ya corría al baño lo más rápido que podía.
10 minutos después ambos salieron por el retrato de la Dama Gorda y caminaron en silencio tomados de la manos.
Una vez llegaron a la entrada de la biblioteca el rubio sonrió y conjuró una pequeña runa que de inmediato abrió la puerta.
Lily sonrió y entró en silencio al lugar seguida por su novio, él volvió a cerrar la puerta y encendió una pequeña luz en su varita.
–¿Beddle el Bardo?–Propuso la Gryffindor sonriendo.
