Anillos de papel

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Eren parpadeó e inclinó su cabeza su cabeza hacia la derecha.

—¿Qué te acabo de confesar mis deseos? Si.

—¿Cómo se que no es mi imaginación? —pregunta ella porque no puede creer que todo lo anterior que le ha dicho. Se maldice por tomar tanto licor.

Eren se ríe suavemente.

—No debiste tomar tanto Mikasa.

—Sabía muy rico.

A pesar de todo el moreno sigue arrinconándola contra el árbol.

—¿No te parece gracioso el color de ropa que llevamos hoy? —pregunta la azabache.

Eren sonríe de lado. —Lo note desde que te vi llegar, parece que el mundo quiere verme sufrir más de lo que ya lo hice allá afuera.

Su mano se acerca a su mejilla para acariciar su cicatriz.

—Te verías muy hermosa vestida de novia.

Oh

¿Acaso sigue imaginando cosas? Porque estás son palabras que Eren nunca le diría a ella. Nunca le confesaría todo eso.

Él le está mirando los labios.
Entonces se convence de que todo es producto de su imaginación porque a tenido un montón de fantasías en donde Eren le dices cosas bonitas, le mira los labios, termina con un jugueteo de manos y poca ropa puesta. Debería estar avergonzada de las tantas veces que ha imaginado a su amigo así.

—¿Puedo hacer algo Mikasa? —Eren parece tímido por un momento.

Y entonces ahora es el turno de Mikasa de estar sorprendida ¿desde cuando Eren se muestra tímido ante algo?
Ella asiente.

Y él deja el anillo de papel en el bolsillo de su pantalón. Con su mano desocupada se acerca a su cuerpo, específicamente a su estómago, Mikasa observa todos sus movimientos. Eren extiende su mano sobre su vientre plano y empuja un poco ahí haciendo presión.

La azabache frunce el ceño sin comprender que está haciendo.
Ya no está segura de que esto sea su imaginación porque si lo fuera, las manos de Eren estarían bajo su falda y no sobre su estómago.

—No sabes cuantas veces vino a mi mente esta imagen tuya con el vientre hinchado.

¿Qué?
Mikasa comenzó a sentir un hormigueo en su parte íntima.

—Este deseos ya no se veían tontos a la hora de estar jugándome la vida —la mano de Eren se aleja de su vientre—. Solo me queda preguntarte ¿me ves de la misma manera? —aguarda para escuchar su respuesta y al ver que ella no dice nada, vuelve a presionar— Mikasa ¿Qué soy para ti?

No debió preguntar eso.
Mikasa siente que no puede callar las siguientes palabras que pronuncia.

—En mi imaginación eres el padre de mis hijos.

Uh

Se arrepiente de inmediato, no hay lugar donde esconderse, su cuerpo sigue contra el tronco. Los ojos de Eren parecen iluminarse, no los ha visto así desde hace un tiempo.

—Pero tú quieres viajar —se apresura a decir Mikasa, no quiere emocionarse.

—¿Qué no escuchaste todo lo que acabo de decirte?

—Lo imaginabas porque creíste que estabas a punto de morir —casi se muerde la lengua.

A pillado a Eren con la guardia baja. Se da cuenta de que todo eso sí paso en verdad porque él ya no tiene una cara de enamorado y eso le duele.

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