EL FINAL DEL ENTRENAMIENTO

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Khantos en la mañana de fue emocionado a entrenar con Shir, por fin utilizaría una espada, la arma que un gran guerrero debería tener, por fin la empuñaría y sentirá su fuerza recorrer por todo su cuerpo.

Khantos: ¡Hola Shir buenos días!, ¡Estamos listos para el entrenamiento!

Shir: Estás muy entusiasmado Khantos, Si estamos listos. Hoy te enseñaré a usar una espada, lo primero que debes hacer es dominarla hasta que sea parte de tu cuerpo.

Khantos: ¡Esta bien Shir!, ¿Dónde está la espada?

Shir: En aquel árbol, tómala y empieza a usarla, si puedes.

Khantos: ¡Claro que puedo!

Entonces Khantos fue por la espada y la empuñó, pero al levantarla se dio cuenta que era demasiado pesada, además era muy larga, así que le costaba trabajo mantenerla equilibrada. Después de mantenerla levantada un tiempo a Khantos se le canso el brazo y la soltó.

Shir: ¡Claro que puedes!

Khantos: ¡Esa espada es muy pesada!
¡Pensé que era una espada común!

Shir: Una espada común sirve para cualquier guerrero, una espada tan especial como está solo es para los mejores guerreros, pero si quieres una espada más común te daré una de madera.

Khantos decidido y con todas sus fuerzas tomo la espada y la mantiene levantada con dificultad. Khantos con una voz un poco cansada dijo:

Khantos: ¡Ahora sí! ¡Estoy listo! ¡Empecemos!

Shir: Por lo visto esa espada es muy pesada para ti todavía, lo primero que harás con la espada es tenerla siempre empuñada, así te acostumbraras a su peso.

Khantos: ¿Todo el tiempo?

Shir: Entrenarás con ella, comerás con ella, descansarás con ella, como si fuera una extremidad más.

Khantos: ¡No hay problema!, He hecho cosas más difíciles que está alrededor de mi entrenamiento.

Shir: Me gusta tu actitud, ¡Ahora ve muchacho!, ¡Demuestra tu fuerza!

Khantos empezó a entrenar como lo hacía de costumbres, pero se le dificultaba llevar siempre la espada consigo, le era muy incomoda y pesada por su gran tamaño, comía con la mano izquierda y empuñaba su espada con la mano derecha, siempre tenía el brazo cansado por llevar la espada.

Con el paso de los días y de sus entrenamientos la espada fue haciéndose más liviana para el, pero el tamaño todavía era un problema, un día accidentalmente casi mataba a una persona, ya que no controlaba su tamaño.

Para controlar esto, Khantos subió a la única montaña del lugar y cerrando sus ojos, concentrándose en el lugar y momento presente, empezó a blandir su espada al aire.

Al principio la espada constantemente se iba de lado, se caía o se le soltaba de las manos, en alguna ocasión Khantos estuvo a punto de deñarse o hasta quitarse la vida con su propia espada, pero con el tiempo y la constancia pudo dominar el tamaño de la espada.

Shir: Puedo ver que ya la has dominado.

Khantos: Me ha costado pero ya puedo usarla.

Shir: Veremos si es cierto, ve al jardín, allí te esperará tu última prueba.

Khantos se dirigió al jardín de la casa de Shir, es un lugar muy amplio y está emocionado de saber que le prepara. Al llegar vio a Shir esperándole.

Shir: Muy bien Khantos, ahora veremos si estos once meses de entrenamiento te sirvieron para algo.

Con eso dicho, Shir desenfundó una espada fina, delgada y larga, muy afilada y que se usaba con una mano, se posicionó en pose de defensa para iniciar un combate.

Khantos: Ahh con que no solo es entrenador, he entrenado mucho y le será díficil este combate.

Así Khantos tomo su espada con las dos manos y la empuñó, listo para combatir.

Shir: ¿Estás listo?

Khantos: Tenga por seguro…Estoy listo.

Así comenzó el combate y Khantos fue el que se decidió dar el primer golpe, pero Shir lo detuvo con mucha facilidad con su espada, la blandió e hizo retroceder a Khantos, aprovecho eso para hacerle una pequeña cortadura en el brazo.

Shir: Estás listo o necesitas más tiempo.

Khantos: ¡Para nada!

Esta vez Shir decidio atacar, Khantos pudo esquivar su ataque y lo daño en el brazo.

Khantos: ¡Como se siente!

Shir: Nada mal muchacho.

Esta vez los dos atacaron, chocando las espadas, así empezaron a blandir sus espadas hasta que uno se rindiera.
Khantos perdió el equilibrio y Shir aprovecho para golpearlo y herirlo, como iba a dar otro golpe Khantos se cubrió con su espada, pero no resistiría mucho, ya que Shir al tener una espada más manejable podia golpear más rápido. Siguió cubriéndose hasta que se cansó, pero Shir también se estaba cansando, los dos son muy fuertes y luchando uno contra otro se dieron una batalla muy reñida.

Khantos decidió dar por terminada la batalla, así que con todas sus fuerzas agarro su espada y atacó a Shir, este se cubrió con su espada pero se partió a la mitad al no soportar el impacto de la espada, Khantos detuvo su espada muy cerca de Shir, causándole únicamente un rasguño en el hombro y llevándose la victoria.

Khantos: ¡Nunca pensé que fuera tan fuerte!, ¡Enserio que estoy exhausto!

Shir: No debes juzgar a tus enemigos muchacho. Debo admitir que estás listo para partir en tu viaje, pero no te confíes, enemigos muy fuertes aparecerán, como los mercenarios.

Khantos: ¿Los mercenarios?

Shir: Te contaré:

Los mercenarios, un grupo de tres guerreros que fueron fundamentales piezas de combate para la oscuridad en la guerra de luz y oscuridad. Creados por los tres guardianes oscuros para derrotar al enemigo, sin embargo este grupo fue más fuertes que estos guardianes, se dice que fueron los que acabaron con millones de hombres sin esfuerzo y encargados también de derrotar a los guardianes de luz, sus nombres son:

Vhalstzvox: Con el aspecto físico de un hombre, con la diferencia que su piel es como un volcán y con cuernos de unos treinta centímetros, listo para envestir y quemar al enemigo.

Moolat: Un ciclope de tres metros de altura, muy fuerte y resistente, con un martillo que es famoso por despedazar a cualquiera que se le cruzará.

Gyandor: No se sabe su apariencia con detalle, solo se sabe que es espantoso por su gran tamaño desconocido y por aplasatar a cualquier cosa que se le enfrentará.
Estos son los mercenarios, ahora son los mejores soldados de Xihart, así que ten cuidado.

Khantos: Lo tendré, no será fácil pero regresaré la luz al mundo.

Shir: ¡Lo harás!, Todavía falta una semana para concluir el entrenamiento, pero te la tomarás para alistarte en tu viaje y descansar, no será fácil pero tienes que hacerlo.

Khantos: ¡Tenga por seguro que lo haré!

Así Khantos se fue a descansar, en esa semana preparo todo lo necesario para emprender el viaje, se preparó física y mentalmente, así Khantos se despidió temporalmente de personas de la ciudad y de Shir. Fue por última vez a la montaña donde alguna vez había compartido con Vemdur, su amigo, y una vez viejos recuerdos vinieron a su mente se marchó a por fin empezar su viaje por traer luz al mundo.

Khantos viendo la entrada a la oscuridad y más decidido que nunca dijo:

Khantos: ¡Estoy listo!

Así Khantos se adentro a la oscuridad para empezar su viaje.

OSCURIDAD DESCONOCIDAWhere stories live. Discover now