¿Nacimiento y navidad?

34 2 10
                                    

Empezó el mes y el instituto se había abierto para que aquellas personas que no cumplían las competencias exigidas, pudieran hacer exámenes de recuperación extraordinarios. Llegó el veintipico de septiembre y nos reunían a todos. Recuerdo que ese día era lunes y a las ocho de la mañana me estaba dirigiendo al instituto. Una vez llegado allí, me quedé en la entrada junto a unos compañeros de mi colegio. Más tarde, empezó a llenarse ese lugar; hasta que, una señora decidió mandarnos pasar. Ella nos llevó a una sala llena de mesas de universidad y nos separó por colegios. Esa sala era un antiguo teatro que, con la construcción de aquel sitio para estudiar, fue reformada con la finalidad de ser un salón de actos. Pasados diez minutos, aparecieron la directora, la subdirectora, el jefe de estudios y más tarde se incorporó la orientadora.

Ellos se subieron al "escenario" y con un micro empezaron a hablar.

- ¡JM, primero de la ESO B! - la directora estaba gritando la clase que se me asignó.

- ¡Vamos! - una profesora, que más tarde descubrí que era mi tutora, me llamaba para salir de ahí.

Salí por la misma puerta por la que entré y allí estaba toda mi clase. La profesora se presentó diciendo que se llamaba María y que iba a guiarnos durante todo el curso. A continuación, nos llevó a nuestra aula y cada uno eligió su sitio favorito. Yo fui hasta el fondo de aquel cubículo y me senté en penúltima fila.

La tutora decidió emplear su creatividad, ahogada en tila, para hacer un juego que consistía en presentarnos diciendo nuestro nombre, hobbies y lo que queríamos ser de mayores.

Empecé a escuchar las primeras personas y luego desconecté. Me puse a pensar en acontecimientos pasados y recordé el nacimiento de mi hermano pequeño.

Él se llama Nano y de la noche a la mañana llegó. Mi madre decidió reunirnos a todos en el salón y nos confesó que tenía en su vientre un hijo con aquel señor calvo y más o menos lo aceptamos. Fueron pasando los meses y poco a poco veíamos más cerca el nacimiento de esa criatura. De pronto, una noticia nos sobresaltó. Mi padrastro nos dijo que fuéramos a vivir con la única tía que vivía aquí y esa era Chuli. Ella era calificada por la familia como una mujer borracha y que andaba todo el día metida en el mundo de las drogas, cosa de las que no se equivocaban. El tiempo ya se hacía eterno en esa casa; hasta que, una llamada telefónica llegó a nuestros oídos

- ¡Ya está! - mi madre gritaba al otro lado del teléfono.

- Niños, ¡vestiros ya! - nuestra tía entusiasmada nos llevó al hospital y ahí lo conocimos.

- JM, tu turno- la profesora hizo que volviera al planeta tierra.

Después de presentarme, decidió sentarnos por orden de lista y por suerte yo no me tuve que cambiar de sitio.

- ¡Hola!, me llamo Hita – una niña se sentó detrás de mí.

- ¡Hola! - decidí ser respetuoso y le devolví el saludo.

- Esta es mi amiga – Hita le dio un codazo a su amiga para que se presentara.

¡Hola!, me llamo Doc.

Decidí hablar con ellas y conocerlas. Me informaron de que venían de un colegio que no tenía muy buena fama y que eran las únicas que se habían marchado de allí. Yo les pregunté si conocían a alguien de la clase, a lo que me respondieron que no. Por un mínimo de gentileza, les presenté a los niños que venían de mi colegio y se fueron conociendo.

Pasaron los meses sin darnos cuenta y de repente era diciembre. Anunciaron que eran las vacaciones de navidad y todos nos fuimos con nuestras familias para celebrarlo.

"Navidad, navidad

Es el mes más esperado

Navidad, navidad

Sin duda el más añorado

Pensar y querer

En juguetes

Cuidar y tener

A los tamboriletes

Mi madre quejándose

Del villancico

La tele apagándose

Era magnífico

Un árbol a mi izquierda

Y una cámara a mi derecha

No hablo de mierda

Hablo de mi familia como una mecha"

Abrí los ojos y era lunes. Habían empezado las clases y yo aún seguía pensando que era navidad. Estaba sentado en mi pupitre, en clase de matemáticas, y decidí que sería bueno recordar el maravilloso regalo de los Reyes Magos.

- ¡Los regalos ya están aquí! - mi hermano pequeño me había levantado ese seis de enero para abrir los regalos.

Fui al salón y ahí estaba mi familia. Recuerdo que había muchísimos regalos tirados en el suelo, pero los Reyes Magos solo me había traído dos. Me senté en el sofá grande y a mi lado estaba mi madre. Esperé a que todo el mundo abriera su regalo para chismosear y luego tener motivos para quejarme de los míos. Todos los demás tenían ropa, juguetes, accesorios y muchas cosas más que eran magníficas.

- JM, te toca- mi hermana me avisó para que abriera los regalos.

Cogí el regalo más pequeño y era una caja plateada. En ella había un millón de cosas. Empecé a sacar y en su interior había una tablet, una manta, ropa y un móvil. Con los ojos llorosos, decidí abrir el regalo grande y al abrirlo no pude contener más la emoción. Empecé a llorar mientras veía ese cocodrilo de metro y medio de largo y de color verde.

- JM, ¿no te gusta? - mi madre, preocupada, me estaba hablando.

- Sí mamá, es que me acabo de emocionar. Es super bonito- le di un abrazo a mi madre y nos fuimos a desayunar roscón.

Todo tiene un final y las vacaciones de navidad terminaban dos días después. Disfruté lo que pude de mis regalos y luego volví al instituto. No me imaginaba lo que me esperaba. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 22, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Life in the cloudsWhere stories live. Discover now