»Capítulo 49«

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¿Qué es correcto? ¿Qué es lo que se tendría que hacer a continuación cuando la persona que consideras tu compañero y tu mejor amigo es asesinado frente a ti?

Kerstin no sabría cómo reaccionar si en vez de Lemar Hoskins se hubiera tratado de Sam Wilson. Pero, por más que intentó seguir a John Walker, le fue casi imposible por la brutalidad en que las piernas le dejaron de funcionar por unos momentos cuando giró y miró fijamente el cuerpo que yacía justo a unos cuantos metros de distancia de la mujer.

Y fue aún peor cuando el hombre se lanzó de uno de los ventanales con el escudo mientras Bucky llamaba a la sokoviana.

—¡Tenemos que salir de aquí! —expresó Barnes, pero observó cómo ella seguía perdida, apenas estando presente sin dejar de ver el cuerpo de Hoskins descansando en una columna—. Kerstin, oye... —la llamó, colocándole las manos sobre las mejillas y viéndola a los ojos, intentando que volviera—. Oye, por favor, mírame. Mírame, ¿si?

Maximoff comenzó a reaccionar poco a poco, parpadeando algunas veces y respirando profundamente a la vez que se enfocaba en la mirada oceánica que en ocasiones extrañaba tener al despertar por las mañanas.

—Estás bien... —siseó él—. Hay que salir de aquí, ¿de acuerdo? ¿Puedes entenderme, Kerstin?

Ella asintió como única alternativa y el ex soldado se precipitó a tomarle la mano, guiándola hasta que comenzó a tener el mismo ritmo que Barnes, corriendo mientras escuchaban el bullicio de la gente en la plaza central, encontrándose en el camino con Falcon y divisando demasiado tarde la tragedia que había concluido.

La sokoviana quiso correr y lanzársele a Walker, pero Wilson y Barnes la detuvieron, vislumbrando la mirada cristalina de Maximoff y comprendiendo el por qué de su reacción, ya que su total atención se estaba yendo hacia el escudo.

El símbolo de la justicia, de la pureza genuina de los valores del legado de Steve Rogers se había quebrantado hasta fragmentarse y dejar que la venganza manchara todo lo que había quedado de la esencia en él.

Y es que la gente lo había visto. Todo el mundo se dio cuenta del verdadero hombre que llevaba puesto los colores de la libertad, de la justicia y del honor tirar todo a la basura y dejar que la gente lo juzgara. 

John Walker paseó su vista por todo el lugar, observando claramente la muchedumbre que se había colocado alrededor y se encontraba en condiciones suficientes para grabar la brutal escena del asesinato a sangre fría que provocó.

Ya no quedaba más que probar. Ya no había opción y Kerstin lo sabía. Por más que quisiera hacerlo al método del que siempre apoyó a Sam, ahora mismo la sangre le hervía y sólo tenía la idea de hacer todo lo posible para alejar ese escudo del asesino de ese hombre que, a pesar de no tomar las mejores acciones, no merecía la muerte.

Nadie, por más que lo considerara en lo más recóndito de su interior, sabría que eso no era la opción que arreglaría todo.

~•~•~

~K E R S T I N~

Podía verlo, era algo que era inevitable ignorar. La voz de Sam se colocó en segundo plano y me centré en la sangre de aquel hombre que escurría por el símbolo que alguna vez miré muy de cerca antes de que le fuera entregado a mi mejor amigo.

Y es que el estómago se me revolvía y sólo podía mantener la compostura por la sensación un tanto apenada y lastimosa que tenía hacia Walker al verlo totalmente desconcertado.

—Te estoy pidiendo el escudo, dámelo —ordenó Wilson y sólo lo miré de reojo, volviendo la vista a John y observando cómo alzaba la vista para poder vernos a todos los presentes.

𝐑𝐞𝐟𝐥𝐞𝐜𝐭𝐢𝐧𝐠 𝐨𝐮𝐫 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 [𝐁𝐮𝐜𝐤𝐲 𝐁𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora