Destinos Arreglados

Capitulo 8

Pov Dolores:

Cuando estaba en la ciudad, Isabela se me acercó. Inmediatamente me puse de pie y la miré.

—¿Qué hice?—

—Mi don es la súper audición. Piensa en lo que hiciste— Siseé.

—¡Cómo se atreven a acusarnos a Mirabel y a mí de dormir juntas y luego pasar vergüenza! Incluso si eso hubiera sucedido, nunca me hubiera avergonzado—

—¿Escuchaste eso?—

—No. Solo estoy enojada sin ninguna razón—

—Lo siento, Dolores, pero simplemente no tiene ningún sentido para mí. Ustedes apenas hablaron antes—

—¿Así que asumes lo peor de nosotras?— Yo pregunté.

Con eso pasé junto a ella para encontrar a Mirabel. No pensé que seguirían adelante con su plan. Esperaba que se dieran cuenta de lo estúpido que sonaba.

Cuando vi a Mirabel estaba discutiendo con Camilo. Escuché, lista para intervenir por si necesitaba ayuda.

—Camilo, es horrible que supongas eso de mí y tu hermana. No, no tuvimos sexo y no nos sentimos avergonzadas. Y, francamente, nuestra relación no es asunto tuyo—

Sonreí antes de inclinarme hacia atrás.

—Esa es mi chica— Yo dije.

Me detuve por un momento antes de negar con la cabeza y escuchar el resto de la conversación.

—Mira, sabes que eso no es lo que yo...—

—Guárdalo. Realmente espero que Dolores esté en algún lugar donde no pueda escuchar lo que estás insinuando—

Con eso, ella se alejó de él cargando una canasta de algún tipo. Fue entonces cuando Camilo me vio.

—Oh…— Fue todo lo que murmuró.

Tan enojada como estaba, aun él seguía siendo mi hermano y su mejor amiga se enojó mucho con él. Caminé hacia él y lo abracé. Permitiéndole sollozar mientras lo sostenía.

—No quise insinuar... joder. Estaba realmente molesta— Murmuró.

—Está bien Camilo—

—¡No está bien! ¡¿Y si me odia ahora?! ¡Mirabel es mi mejor amiga!—

Me estremecí ante el sonido mientras murmuraba una disculpa.

—Camilo, no creo que te odie. Estaba enojada por mí. Recuerda que nos vamos a casar, ella va a ser muy protectora conmigo—

—Si lo se—

Pov Mirabel:

Cuando terminé mis tareas, vi un rastro de lirios que conducía al pequeño río que teníamos en el pueblo. Los seguí y vi a Isabela llorando al final del sendero, los lirios seguían cayendo al suelo a su alrededor.

—Hola Isa. ¿Estás bien?—

—¿Por qué te importa?—

—Porque soy tu hermana. No quiero verte molesta—

—Tú eres la razón por la que estoy molesta— Ella chasqueó.

—No es mi culpa que tú y Camilo pensaran que era una buena idea insinuar tal cosa— Le respondí bruscamente.

Después de un momento, ella comenzó a sollozar de nuevo antes de abrazarme con fuerza.

—Lo siento mucho, Mirabel. Estoy tan preocupada por ustedes dos y ahora he molestado a Dolores—

—Oye, está bien. No estoy ofendida ni nada—

Isabela se apartó antes de mirarme y me mordí el labio.

—Está bien, tal vez estaba un poco ofendida. ¡Pero sé que viene de un lugar de preocupación! Dolores también. Solo deseamos que ustedes sean más comprensivos con nosotras—

Isabela asintió antes de secarse las lágrimas y olfatear.

—¿Crees que Dolores estará enojada conmigo para siempre?—

—No creo que Dolores tenga en ella estar enojada para siempre, Isa. Eres su prima favorita y su mejor amiga, creo que solo necesitaba tiempo—

—Okey— Tomó aire antes de sonreírme.

—¿Cuándo te volviste tan buena en ser reconfortante?—

—Siempre se me ha dado bien consolar—

—La primera vez que compré mi bicicleta me trajiste tu osito de peluche—

Fruncí el ceño antes de reírme.

—Todavía lo tienes, ¿no?— Respondí.

—¡Por ​​supuesto que todavía tengo a Mr.Stuffens! Eso era como tu cosa favorita y me lo diste—

—Entonces no te quejes—

Isabela se rió antes de envolver su brazo alrededor de mis hombros.

—Regresemos al pueblo antes de que Camilo te persiga para disculparse—

Asentí y comenzamos a caminar solo para encontrarnos con Camilo y Dolores.

—Ahí están ustedes dos. Mirabel, por favor llévate a Camilo. No ha parado de hablar de ti y de cómo lo odiarás para siempre. No sé cómo lo aguantas tanto—

Me reí antes de abrir mis brazos a Camilo mientras corría a abrazarme.

—¡Lo siento mucho Mirabel! ¡No quise ser malo o hiriente! Eres mi prima favorita y mi mejor amiga—

—Camilo ya te perdoné ¿vale?—

—¿De verdad?—

—Sí. Ahora cálmate—

Con eso, regresamos a Casita, todos hablando de los planes de boda y quién haría qué.