CAPÍTULO 1: EL CHICO DE LOS OJOS BRILLANTES

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Octubre de 2020

Voy tarde, como siempre, me doy prisa para llegar al bar donde he quedado con Hugo. Con el botón de la camisa blanca medio desabrochado, la chaqueta en la mano y el bolso colgando de la otra. Un mechón muy molesto no deja de metérseme en el ojo. Entro por la puerta recogiéndome el pelo con esa pinza que me regaló mi hermana hace años y queda bien con todo. La llevo a juego con los pantalones del traje color tostado y mi pelo rubio que desciende por encima de mis hombros. Busco con la mirada al chico moreno con barba y gafas que me espera de pie al lado de una mesa con otros tres chicos. Me saluda con un beso en la mejilla sonriendo como si hiciera una semana entera que no me ve.

- ¡Llegas tarde niña! – suelta entre una carcajada, como odio que me llame niña - te presento a Alex, creo que no os conocéis. – me saluda con dos besos y una voz muy dulce – juega conmigo al futbol. Alex, esta es mi hermana Sofía.

- Encantado de conocerte Sofía, Hugo habla mucho de ti. – me sonrojo y sonrío tímidamente.

- El placer es mío. – digo mirándole a los ojos, y no miento si digo que jamás en toda mi vida había visto unos ojos tan brillantes – ¿Estudias en esta universidad? – pregunto con más curiosidad por no haberle visto nunca que por saberlo realmente.

- Sí, estoy en segundo de deportes.

-        Nada que ver con lo mío – le toco el hombro sin pensar – pero seguro que más interesante.

-        Derecho, ¿Verdad?

-        Me sorprende que lo sepas.

-        Que no te sorprenda tanto – se ríe – se más de ti de lo que crees.

-        ¿Tengo que asustarme?

-        ¡Para nada!

Hugo me pide un café mientras me quedo hablando con Alex, son solo unos instantes, pero el tiempo suficiente para ver que tiene algo especial. Se despide y me toca el brazo volviéndose a sentar con los demás. Siento que algo en mi interior se remueve y voy a desayunar con mi hermano. Mequeda grabado su "nos vemos pronto" y como me sonrojo con solo sentirlo encimade mí. Nos quedamos hablando de como me ha ido la mañana antes que él se vaya a trabajar, la verdad es que siempre voy estresada. Es mi modus operandi, me estreso, me agobio y acabo haciendo todo lo que me propongo, siempre pasando por el momento incontrolable de nervios que me matan.

Él es todo lo contrario que yo, despreocupado, feliz, sin miedos e inseguridades. Es sobre protector y me agobia un poquito a veces, pero a la vez siento que me quiere demasiado y no sé cómo agradecerle todo lo que ha hecho para mantenerme salvo. Suspiro y me quedo mirando a la pared, oigo como me habla Hugo, pero no le hago ni el más mínimo caso. Siempre hablando de los médicos y de las pruebas, de como me siento o como me encuentro, si vuelvo a estar mal o sigo bien, si me siento cansada... Mi cabeza está en otra parte, pensando en pedir la beca para irme a Holanda a finales de año o quedarme con mi familia, buscar trabajo y empezar un máster bastante decente. ¿Cómo puedo tomar esta decisión en solo unos meses? Embobada mirando a Alex al lado de la pared veo de refilón la cara frustrada de mi hermano Hugo que me habla sin mucho éxito. Nos despedimos a la media hora, tiene que ir a trabajar, así que vuelvo a buscar a mis amigos y volvemos a la última clase.

- Te ves un poco pálida esta mañana – dice una voz detrás de mí riéndose.

- No he dormido nada... - muevo los brazos asqueada – ya estoy cansada de todo esto y acaba de empezar el curso.

- Pues te ves muy guapa – replica Ana - ¿Qué tal ha ido el médico hoy?

- Bien. – respondo con un tono seco y poniendo los ojos en blanco – todo en orden, lo prometo. No me voy a morir, puedes estar tranquila.

No sé querer a medias, idiotaWhere stories live. Discover now