19.CELOS

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 Minho estaba terminando de acomodar unas latas de conservas, sacó su celular y vio si es que Tae ya le habría mandado un mensaje, confirmando así que ha escuchado sus pensamientos en su programa favorito.

No, todavía nada. Ya era miércoles y comenzaba a desesperarse por no tener noticias del rubio.

Se acercó a la caja en donde se encontraba su jefa. – ¿Betty, el señor Taemin no ha hecho pedido de sus víveres?

– Mmm, no. Y ahora que lo mencionas es raro, él siempre manda su lista los domingos por la noche, o a más tardar los lunes, pero esta semana no ha sido así. Al rato que vayas a dejar el pedido de la señora Chang te pasas por el departamento del señor Lee; no sea que esté enfermo, ya viste lo que sucedió contigo.

Minho sintió un dolor en el estómago. El sólo pensar que Tae estuviese enfermo lo asustaba. – Yo creo que voy de una vez a entregar. Total, ya terminé lo que estaba haciendo.

– Claro, las bolsas ya están listas.

Minho hizo la entrega rápido, y luego se dirigió al edificio en donde vivía Tae. Le preguntó al conserje si es que podía subir. – El Señor Lee no se encuentra, salió de viaje desde el lunes. Lo recogió su novio, el doctor Shim.

Y así, sin anestesia, ni precaución, le soltó la información. Minho sintió como si le hubiesen echado un balde de agua helada. ¿Cómo no lo pensó? Ese médico pendejo sólo estaba esperando un descuido para seguir con Taemin.

– ¿Está seguro?

– Sí, él me dijo que estaría fuera toda la semana. – No. ¿Qué si está seguro que el tal Shim es su novio?

– ¡Ahhhh! Pues sí, desde hace dos años.

– Yo creí que ya no lo eran. – Pues no sé por qué lo pensó, el doctor le sigue llamando "Cariño".

Minho ya no quería escuchar más. Se fue de inmediato, tenía sentimientos encontrados, eran una mezcla de coraje, desilusión y algo más. Era preciso comunicarse con Taemin, le debía una maldita explicación. Se subió a la bicicleta y comenzó a pedalear con furia. Se metió entre los carros sin ninguna precaución, le valían nada los peatones, estaba desquiciado. De pronto se detuvo en seco, debía calmarse u ocasionaría un accidente.

Con manos temblorosas sacó el celular del bolsillo trasero de su pantalón, oprimió el contacto que decía "Tae". Esperó, esperó y esperó. Mandaba a buzón, lo apagó y golpeteó la pantalla con la yema de tres dedos. – ¡CARAJO! – Volvió a encenderlo y ahora comenzó a escribir un mensaje. Lo borró. Luego escribió otro y de igual forma lo desechó. – ¡Puta madre!  – Bufó.

Y finalmente se decidió por uno: "¡Hola Taemin! Soy Minho. Por lógica lo sabes, me acabo de enterar que estás de viaje con tu novio, el tal Shim. ¿Por qué no me dijiste que seguían juntos? Me habrías ahorrado el mal momento que acabo de pasar; con esto imagino que ya no habrá más un "nosotros". Lamento que no hayas confiado en mí. Bueno, supongo nos vemos otro día.👍".

Dio "enviar" y luego guardó de nuevo su celular, montó la bicicleta y regresó a su trabajo.

–Idiota. – Esa fue la palabra que emitió Taemin luego de leer el mensaje. La llamada no la contestó porque no deseaba entablar una conversación de viva voz con Minho, pero al ver que le escribió, lo abrió para saber de qué iba la insistencia para comunicarse.

– ¿Cómo se atreve a reclamar algo? Choi, puedes irte a la mierda. – Terminó aventando el celular sobre la cama, para luego salir de la casa. Ni siquiera se dio cuenta que Changmin lo estaba observando desde el ventanal que daba a la calle. – [[Seguro ya tuvo noticias de Choi y estas no deben ser nada buenas.]]  – Prefirió darle su espacio, como lo había estado haciendo desde que llegaron a Angok. El pueblo era tranquilo y seguro, cualquier cosa ya le llamaría pidiendo ir por él.

CORAZONES SOLITARIOS (2 MIN)🔞 [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora