"Comprender las tendencias del mercado de valores es extremadamente importante. Por supuesto, no todos pueden detectar signos de debilidad en el mercado, pero cada tendencia alcista llega a un punto en el que la actividad de venta supera a la compra."
Jeonghan miró a la puerta con nostalgia.
"¿Estás de acuerdo, Jeonghan?"
"Claro, hombre," dijo Jeonghan con una sonrisa forzada. Esperaba que esa persona no supiera que Jeonghan no recordara su nombre. Pensó que el nombre del chico era Sunwoo, pero no estaba seguro, por lo que no quería hacer las cosas incómodas si no lo era. En defensa de Jeonghan, siempre había sido terrible para recordar los nombres de las personas, y habían pasado años desde la última vez que había visto a este tipo. Cuando Seokmin le dijo que sería una pequeña reunión con algunas personas de su escuela, Jeonghan pensó que Seokmin había invitado, como, diez tipos para tomar un poco de cerveza y papas fritas, no cincuenta personas que Jeonghan apenas recordaba y tenían poco en común.
Ahora Jeonghan deseaba no haber venido. Odiaba las fiestas como esta. Se habían vuelto francamente insoportables en los últimos años. Todos los demás parecían estar en alguna escuela elegante o tenían un gran trabajo. Jeonghan siempre se sintió un poco perdedor en estas cosas. Un intruso. Un tipo que todos conocían como ese deportista popular de sus días escolares, pero nadie realmente lo respetaba como adulto.
Jeonghan sacó su teléfono, fingió que alguien lo estaba llamando y se dio la vuelta. Se sentía incapaz, pero cualquier cosa era mejor que tener que charlar un poco con un imbécil auto-importante en un traje que costaba más de lo que Jeonghan hacía en un año.
Todavía fingiendo estar al teléfono, Jeonghan se alejó de tal vez-Sunwoo, mirando la puerta con anhelo. ¿Se ofendería Seokmin si abandonara su elegante fiesta tan pronto después de llegar? Probablemente.
"¿Por qué estás fingiendo una llamada telefónica, perdedor?" Una voz familiar se burló de él desde atrás.
Jeonghan se congeló antes de darse vuelta lentamente.
Joshua le estaba sonriendo un poco, bebiendo una bebida. Jeonghan sonrió, una ola de alivio se apoderó de él. Joshua lo estaba mirando, mirándolo como solía hacerlo, con cariño y diversión. Se sentía como si hubieran pasado siglos desde la última vez que Jeonghan había visto a Joshua, no un solo día.
Las cejas oscuras de Joshua se alzaron hacia arriba. "¿Te sientes bien?" Dijo, tomando un sorbo de su bebida.
"Sí. ¿Por qué?"
"Parecías como si alguien hubiera muerto, pero ahora sonríes como un idiota."
Jeonghan lo miró con el ceño fruncido, pero en el mejor de los casos era poco entusiasta. ¿Era ridículo que hubiera extrañado estar en el lado receptor de la buena conducta de Joshua?
"Oh, vete a la mierda," dijo con una sonrisa, mirando por encima del bonito botón de Joshua y sus pantalones. Quería molestar a Joshua por estar demasiado vestido, pero para ser totalmente honesto, Joshua no se veía muy diferente de los otros invitados. En todo caso, Jeonghan parecía ser el que se destacaba con su camiseta y sus vaqueros. Él era el único que no se parecía a los demás.
La sonrisa de Jeonghan se desvaneció. Cruzó los brazos sobre el pecho, luchando contra la repentina conciencia de sí mismo.
"¿Qué es?" Dijo Joshua, mirándolo con un leve ceño fruncido.
Jeonghan tuvo que admitir que era agradable tener la mirada preocupada de Joshua sobre él, prueba de que todavía le importaba. Jeonghan era lo suficientemente hombre como para admitir que había estado asustado. Tenía miedo de que ya no fueran realmente amigos, de que Joshua había dejado de maldecir. Era tranquilizador saber que todavía lo hacía.
