Amorometro [Hasgard x Kagaho]

Nivel 11: Cada uno es un ser humano completo

- No puedo creer que después de tantos años ustedes sigan juntos.- Comentó su amigo.- Son tan... Diferentes.

- Podría decirse lo mismo de tí y Cid, o de Aspros y Chris.- Respondió Hasgard, encogiéndose de hombros.- Pero las diferencias son lo que nos hacen complementarnos el uno al otro.

- En eso creo que tienes razón.- Asintió Sísifo con una sonrisa.- Aunque... Kagaho ha cambiado demasiado. Lo recordaba como ese chico problemático y agresivo con todo mundo, y ahora que lo vuelvo a ver más de quince años después, no puedo creer lo que veo. Parece otra persona.

Hasgard no pudo contener una pequeña risa. Todos los que conocieron a Kagaho en su peor momento y que lo habían vuelto a ver decían lo mismo: Parecía una persona completamente diferente.

- ¿Qué puedo decir?, si hay voluntad no hay imposibles.- Dijo con una sonrisa.- Y Kagaho es la persona con más fuerza de voluntad que conozco. Ha sido muy valiente, ha enfrentado muchas cosas y ha cambiado muchísimo para bien en estos años.

Y es que era verdad. Seguían juntos, pero cada quien había seguido el camino que quería, y había mejorado.

Kagaho pasó unos meses en New York, dónde, por azares del destino, se topó con la pareja de Sísifo. Y Hasgard, una vez que entró a un hospital para ejercer su profesión, se reencontró con Sísifo, un amigo que no veía desde los catorce años.

Sísifo pasó todos esos años en Los Angeles, dónde conoció a Cid, siendo ambos extranjeros en aquella ciudad, que después dejaron para mudarse a New York. Al igual que Kagaho y Hasgard, tuvieron que separarse un tiempo, Cid se quedó en New York para realizar un proyecto, y Sísifo se adelantó a Grecia para tomar una oferta de trabajo, además de arreglar todo lo necesario.

. . .

- Vaya que tú y Hasgard se entienden.- Le comentó Cid a su compañera de trabajo, mientras ambos caminaban rumbo a la salida del edificio, luego de una larga jornada de trabajo.

- ¿Qué puedo decir?- Respondió Kagaho, encogiendo de hombros.- Si aguanta mi mal humor y mis horarios ocupados ya es un gran signo de que es una gran persona.

Ambos siguieron caminando, hasta llegar a sus respectivos automóviles, dónde se despidieron y cada uno emprendió su camino.

. . .

Kagaho se encontraban en casa, después de haber terminado de revisar unos planos para un nuevo proyecto, y listo para irse a dormir.

Ya era más de medianoche, y Hasgard aún no llegaba a casa. Kagaho decidió llamar, solo para asegurarse de que el peli-blanco estaba bien, pero no respondía sus llamadas.

Kagaho temía que le hubiera pasado algo grave, después de todo, la vida de un médico no es precisamente la más segura, pero prefirió no adelantarse a sacar conclusiones apresuradas y esperar.

Al cabo de una hora, recibió un llamada de Hasgard, disculpándose por no responder.

- Hubo un accidente, y tuvimos que entrar a quirófano.- Explicó el peli-blanco del otro lado de la línea, con su voz cansada.- Afortunadamente, ambos se salvaron, pero la cirugía fue bastante larga y todos estamos agotados.

- No te preocupes, me alegro de que tú estés bien.- Respondió Kagaho, ya más tranquilo.- Ven a casa en cuanto te dejen salir. Te prepararé algo de comer, suenas agotado.

- No es necesario que te molestes, Kagaho.- Respondió tímidamente Hasgard.- Tú igual trabajas todo el día, y debes estar cansado, vete a dormir.

- Yo aún aguanto desvelarme.- Respondió Kagaho con una leve risa.- Además, tú siempre tienes tiempo para mí.- Añadió.- Te espero.

Después de eso, cortaron la llamada, y Kagaho esperó a Hasgard, con un plato de su comida favorita listo. Hasgard le agradeció, sintiéndose algo avergonzado por hacer trabajar a Kagaho, pero el peli-negro dijo que no era una molestia y lo había hecho porque quería.

- Bueno, ahora que me consta que estás bien alimentado, yo me voy a dormir... Mañana me espera un día pesado.- Dijo Kagaho con un bostezo.- Ven a dormir en cuanto termines de comer, ¿de acuerdo?

- Claro.- Le respondió Hasgard, dándole un corto beso en los labios.- Gracias por todo. Tú ve a descansar, en un momento te alcanzo.