Nivel 13: Felices juntos y separados

81 9 8
                                    

Los años siguieron pasando. Ikki, se había graduado como ingeniero, siguiendo los pasos de su tío Kagaho, y tenía ya unos cuántos años trabajando en la misma empresa.

Shun había optado por seguir los pasos de su tío Hasgard, y dedicar su vida a salvar más vidas, tomando el camino de la medicina. El menor de los hermanos ya se encontraba en su último año de la escuela de medicina, y tenía planeado estudiar la especialidad en pediatría, igual que Hasgard.

- Felicidades, Shun.- Dijo Kagaho a su sobrino, el día de su graduación finalmente había llegado, y todos estaban acompañándolo a celebrar su logro.

- Gracias, tío.- Le sonrió el peli-verde.- Todo gracias a ustedes.

- Nada de eso, muchacho.- Le sonrió Hasgard con una sonrisa, dándole un par de palmadas en la espalda.- Ésto es gracias a tu esfuerzo. A tus noches de desvelos, y todos los sacrificios que hiciste para lograr tu meta.

Como habían previsto, después de que Ikki y Shun llegaran a sus vidas, muchas cosas cambiaron. Al inicio fue difícil aprender a cambiar pañales, preparar biberones, combinado con tener que llevar y recoger de la escuela al pequeño Ikki, ayudarlo con las tareas y proyectos, ir a hablar con los profesores cuando el pequeño peli-azul hacía se metía en problemas, y todas esas cosas de padres primerizos. Pero con el tiempo supieron adaptarse y superar todos los desafíos.

Pasaron de todo con esos niños. Desde escuchar a Shun decir su primera palabra, verlo dar sus primeros pasos. Enseñarle a Ikki a andar en bicicleta, tal y como predijo Hasgard, Kagaho le enseñó al pequeño similar a él a pelear... Y varias historias de la infancia más, pasando después por la etapa más temida por quienes tienen menores a su cargo: la adolescencia.

Shun fue bastante tranquilo, aunque tuvo varios complejos de inseguridad, y que de haber tenido la familia que tenía, probablemente habría terminado en algo más grave como trastornos alimenticios.

Kagaho más de una vez fue a la escuela de su sobrino mejor a discutir y amenazar con demandas a los directivos si no hacían algo, y vaya que cumplió sus amenazas.

Hasgard se encargó de ayudar a Shun con sus problemas de autoestima, siempre teniendo palabras de aliento y algún consejo para él. Hasgard les supo inculcar a ambos chicos bajo su tutela que definitivamente no estaba bien golpear, pero tampoco tenían porqué permitir malos tratos.

El carácter de Kagaho, que era capaz de hacer que hasta el demonio saliera corriendo del miedo, junto a la paciencia y bondad de Hasgard, hicieron que Shun poco a poco tuviera más confianza en sí mismo y tuviera el valor de enfrentar a sus agresores... Aunque las pequeñas bromas de venganza de Ikki y Kagaho a los chicos que habían tenido la osadía de molestar al peli-verde, también jugaron un papel notable.

En cuánto a Ikki, al igual que Kagaho en su tiempo, fue algo problemático, siempre demasiado sobreprotector con su hermano menor y metiéndose en peleas más de una vez por defender a Shun.

Más de una vez, cuando Kagaho simplemente no sabía qué hacer, Hasgard tuvo que hablar con él y calmarlo. Ikki era como un Kagaho 2.0, nada que Hasgard no haya enfrentado antes. Y tal y como Kagaho, Ikki fue cambiando poco a poco hasta ser el hombre que era, e incluso tuvo la misma suerte de su pariente al encontrar a alguien que siempre lo apoyó y permaneció a su lado: Esmeralda. Una linda y amable jovencita rubia, con la misma paciencia que Hasgard y el carácter de Kagaho, lo que se necesitaba para domar a la fiera que fue Ikki en su juventud.

Vieron crecer a esos niños, y aunque reconocían no ser perfectos, sí les constaba que dieron todo de sí y les brindaron todo su amor a esos pequeños niños, que ya eran todos unos hombres.

Ikki había dejado ya el nido para volar con sus propias alas, y llevaba unos cuántos años viviendo con su novia, con quién estaba a unos meses de casarse. Shun estaba a nada de emprender el vuelo, iniciando con tomar una oportunidad de trabajo y estudio en el extranjero.

...

- Muchas gracias por acompañarme, señor Kagaho.- Le sonreía Esmeralda a Kagaho, que la ayudaba con su peinado.- Estoy muy nerviosa... De no ser por usted y el señor Hasgard de seguro estaría vuelta loca.

- No es nada. Sabes que eres como una hija para nosotros.- Respondió el peli-negro con una sonrisa.- Estoy felíz de que formes parte de ésta familia.

- Espero poder estar a la altura de ustedes.- Añadió la rubia, con la vista baja.- Espero poder ser una buena esposa y madre.

Kagaho se dió cuenta de que Esmeralda se había llevado ambas manos al vientre mientras decía lo último, y casi se le escapa un grito de la emoción.

- ¿Estás...?- Preguntó incrédulo.- ¿Estás embarazada?

Esmeralda asintió con una sonrisa, con su dedo índice sobre los labios.- Ikki no lo sabe aún.

- ¿Cuánto tiempo tienes?- Preguntó Kagaho susurrando.

- Tres semanas apenas.

Ambos escucharon unos suaves golpes en la puerta, y después de dar la autorización, Hasgard y Shun entraron, llevando el velo de la novia.

- ¿Ya le dijiste que será tío abuelo?- Preguntó Hasgard, mientras ayudaba a Esmeralda a colocarse el velo.

- ¿Qué?, ¿tú y Shun ya lo sabían?- Preguntó Kagaho a su esposo.

- Nos enteramos hace un par de horas.- Se encogió de hombros Hasgard, soltando una pequeña risa.- Ikki va a brincar como un conejo cuando se entere.

Después de una pequeña conversación, ayudaron a Esmeralda a terminar de arreglarse para su gran día.

La chica era huérfana de madre, y hace años que se había alejado de su padre por ser un abusivo con ella. Así que Kagaho y Hasgard prácticamente la habían acogido como una hija más, y le tenían un gran aprecio, que era mutuo por parte de la rubia.

La boda de Ikki y Esmeralda fue un rotundo éxito, y todos estaban felices y pasándola bien en la fiesta.

Ya entrada la madrugada, Hasgard dijo que se retiraba junto con Shun, ya que al otro día, Shun debía tomar un vuelo por la mañana y Hasgard estar listo para llevar a cabo una operación. Pero fueron a preguntarle a Kagaho si los acompañaba o se quedaría un momento más en la fiesta.

- Los alcanzo después.- Respondió Kagaho.- Me quedaré a acompañar a los chicos un rato más.

- De acuerdo.- Le sonrió Hasgard, dándole un pequeño beso.- Avísame si necesitas que venga por tí, ¿de acuerdo?

- Claro, no te preocupes.- Le sonrió Kagaho, abrazándolo.- Descansen.

Después de despedirse, Hasgard se retiró junto con Shun, y Kagaho se quedó en la fiesta unas cuántas horas más, divirtiéndose.

A muchos podría parecerles extraño que hicieran solos actividades que comúnmente eran en pareja, como estar en fiestas o eventos sociales, pero hace tiempo que para ellos era lo más normal del mundo.

Después de todo, no estaban pegados para tener que estar siempre juntos. Cada uno era un ser humano completo, cada uno tenía sus prioridades, sus metas, sus razones, sus motivos... Y no por eso debían menospreciar los del otro.

Y esa era la verdad. Se querían, pero perfectamente podrían vivir uno sin el otro. Eran una pareja, un equipo, cuyo motor era el amor, no la dependencia emocional.

🍂💕🍂💕 Fin 🍂💕🍂💕

Y hemos llegado al nivel final del amorometro 💕

Debí admitir que algunos capítulos me fueron algo más difíciles de escribir que otros, pero me encantó hacer éste libro 💕

Nuevamente, gracias a CourSiren  por haberme invitado a participar en esta campaña. De verdad que amé trabajar con este shippeo, y debo admitir que fue un reto hasta para mí hacer que la dinámica de este par fuera algo sano y cero tóxico, pero (creo que) se logró jaja

Espero que les haya gustado este libro, y sin más que decir, me despido 💕

Amorometro [Hasgard x Kagaho]Where stories live. Discover now