10 - La historia de mi vida

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Después del día en el que Haise y yo nos conocimos en el cerezo, acordamos siempre encontrarnos en este cerezo para ir a jugar como los niños inocentes que éramos… Por lo menos yo…

Ha pasado una semana desde que conocí a Haise en aquel cerezo y ya somos buenos amigos, el trae algo en las manos, las cuales las tiene escondidas atrás de él.

—Hola Carla.

—Hola Haise, ¿Qué traes en las manos?

—Es una sorpresa, cierra los ojos.

Curiosa cierro los ojos y me pide que extienda mi mano derecha, a lo cual coloca algo. Cuando abro veo que me ha puesto una manilla roja, ya que el traía dos del mismo color, una para él y otra para mí.

—Que lindo de tu parte, Haise.

—Quería asegurarme de cuándo me vaya de La Habana hacia lugar en donde vivo… De que tengas una parte de mí.

—Me parece muy linda la manilla, pero siento que te irás sin una parte de mí… Ya sé, tengo una idea, esperame aquí.

Dejé a Haise esperando en el cerezo mientras voy a buscar algo para marcar las manillas y al fin encuentro una aguja, a lo cual busco algo para calentar la punta y lo hago.

Vuelvo con Haise y la aguja caliente sigue en su estado.

—Volví.

—¿Qué es eso?

—Para marcar nuestros nombres con nuestra propia escritura, ahora si tendremos partes de nosotros en nosotros.

—Bien, empezare por tu manilla —el escribe con una letra hermosisima “Carla”.

—Ahora es mi turno —trato de hacer mi esfuerzo por hacer su nombre hermoso y me salió un bonito “Haise”— Listo.

—Ahora tenemos recuerdos de ambos.

—Sí, me parecen muy hermosos.

—Hey, ¿quieres conocer a uno de mis mejores amigos?

—¿Quién es?

—El se llama Jhonatan, pero le llamamos “Magua”.

—¿Magua?

—Sí, el es un año mayor que nosotros y tiene un hermano gemelo llamado Christopher.

—Oh, ya veo.

—Bueno, vamos.

—Vale.

Después de un recorrido en la ciudad llegamos a la casa del amigo de Haise.

El y su hermano tienen el cabello y los ojos color negro azabache; Cejas grandes y mirada juguetona.

—Hola bro —saluda Magua a Haise.

—¿Qué tal?

—Todo bien, ¿y tu que?

—Bien, ah, aquí te presento a una amiga, se llama Carla.

—Un gusto, me llamo Jhonatan, pero recuerdame como Magua.

—Un gusto igualmente Jho…Magua —decimos mientras estrechamo nuestras manos.

Pasamos un rato conversando y haciendo bromas. Haise revela que conoció a Magua por Whatsapp y ya que el vive en la Habana al igual que los abuelos paternos de Haise se encuentran de vez en cuando.

Han pasado las horas y cae el atardecer, por lo cuál Haise me acompaña a casa. Cuando llegamos Haise me despide con un abrazo tierno al cuál estoy acostumbrada recibir desde el día que me encontré a Haise en aquel cerezo cercano a casa.

Entre mis recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora