Enemigos

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Yeosang despertó horas despues, sus ojos se abrieron lentamente y trató de enderezarse a pesar de sentir su cuerpo adolorido.

Tenía frío, pero podia notar que era de mañana por la luz. Le tomó unos instantes recordar el ataque que parecía un horrible pesadilla y hubiera corrido a contarle a su padre lo que soñó, pero el aroma a humo y el lugar donde estaba, le hizo saber que todo fue real.

Levantó su vista y muy cerca suyo, estaba un hombre con armaduras que no eran como los guerreros de su manada, enseguida se alejó temeroso del sujeto inconciente, se arrastró tratando de poner buena distancia de ese alfa que lastimó a...

Su vista de inmediato buscó a su hermano, deseando con todo su ser que estuviera vivo y juntos poder huir de ahí. Lo vió y debido a la luz, pudo percibir cuán maltrecho le habia dejado su atacante, nisiquiera le importó ponerse a llorar y correr torpemente hacia él. Necesitaba saber.

—Hermano...— Lo tocó y agitó, entre llanto y desesperacion. —No me dejes... ¡Hongjoong!— Abrazó su cuerpo inerte, no queriendo aceptar la realidad.

Quiso gritar desconsolado, pero entonces un gruñido bajo le puso los pelos de punta, Yeosang se cubrió la boca con ambas manos, al percibir que el enemigo no estaba muerto, sino durmiendo.

Estaba solo y no le hubiera importado morir para ver a su familia en la otra vida, pero al saberse en esa situacion, una parte suya queria vivir y huir lejos. Abrazando una vez mas al cuerpo de su hermano, salió silenciosamente de esa cabaña parcialmente quemada.

Afuera, el clima era soleado aunque con una leve capa de humo que el viento despejaba. Yeosang vió su querida manada en cenizas, sus ganas de llorar crecían al notar los cuerpos por doquier. Sabiendo lo fatal del ataque, solo tenia en mente encontrar lo que quedara de su padre y si alguna deidad lo queria, le haria encontrar a algun sobreviviente.

Avanzó entre los escombros, demorando en avanzar debido a su cuerpo adolorido, pero decidido a llegar al ultimo sitio en el que vió a su padre.

Las pisadas cercanas de los cascos de las patas de unos caballos, le hizo buscar refugio y esconderse a prisa.

⚜️



Un pequeño grupo de alfas montados sobre sus caballos, inspeccionaba a la manada en cenizas que atacaron. Ellos buscaban cualquier sobreviviente para darle el golpe de gracia, siguiendo las instrucciones que les ordenaron, incluso si eran de los suyos los heridos, no podian darle el lujo de cargar ningun herido que no pueda sostenerse en pie. Ademas, buscaban a uno de sus generales desaparecidos.

—No encontramos a Park— Informa uno de los alfas, en cuanto regresan de la inspeccion.

—Quizá por fin alguien le dió su merecido...— Ríe Risko a pesar de tener parte del rostro a viva piel, cubierto con un pedazo de tela. —Ví que el líder de la manada le daba pelea y le hirió, ademas si fué tras el hijo, que oí que era un hechicero, posiblemente haya muerto— Dice sin ápice de pena e incluso deseando que asi fuera.

Risko despues de todo, detestaba a Park, todos en su manada lo conocian por ser de los mejores guerreros, le temían pero respetaban y el líder alfa lo tenia como un aliado a quien debia llenarle de alagos y consideraciones. Risko lo odiaba y al final no tuvo que actuar contra él como tenia planeado, le aliviaba y el saber que estaba sin vida le dejaba el camino libre para ser él quien sea objeto de alagos por parte del líder alfa. Aunque siendo previsivo, debia hallar su cuerpo y cersiorarse de su muerte.

—¿Qué ordena general Risko?— Preguntan.

—Vamos a comer. Que algunos se queden para hacer vigilancia, en caso de que alguien quiera escabullirse sin ser visto— Ordena.

Un solo latido | SeongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora