C⁴⁶. Vincent Proudley

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Emma:

La madera de la barra tiene un café oscuro como el de los ojos del camarero que no deja de mirarme, no sé si es por el vestido negro que llevo o por el quinto trago que le pido.

—Señora Proudley—giro el vaso con alcohol al mismo tiempo en que muevo mi cuerpo para verlo—¿O prefiere que le diga señora Stryker?

—Ninguno, mejor siéntate a mi lado, Vincent.

Pide una botella de agua y se sienta a mi lado, rio un poco ante el cambio de alcohol a agua y yo bebo mi trago en un solo movimiento.

Lleva un traje de segunda mano pero el perfume que emana de la misma es caro, lo que me deja realmente confundida.

—No deberías tomar tan de prisa, querida—aleja el vaso de mi porque sabe que pediré más y toma mi mano.

Me gusta el contacto, pero aún así lo alejo.

Tayden ha escuchado mi conversación con un muerto—alza un poco su ceja, entonces ahí lo entiende y pide el whisky más cargado que tienen en ese lugar—le he hecho daño a mi propio hijo, no se que me sucedió en ese momento solo... Solo que sus palabras fueron tan... Llenas de odio que no supe cómo reaccionar y le di una bofetada.

—Siento mucho que estés pasando tu sola esto, Emma—no dice nada sobre el daño a Tayden—¿No vas a decirles la verdad a todos? En especial a Dagan, y a Natal.

—Natal ya lo sabe, me ha dicho que debo...—lo miró, siempre he odiado esa barba levemente crecida que acostumbra llevar desde...—superarlo. 
Empiezo a creer que tiene razón, debo superar la muerte de mi hermano. Pero ese no es lo importante... Mi hijo si.

Guarda silencio, tan solo bebe o mira mis ojos, a veces se desvía y mira mis piernas, pero siempre su dirección son mis ojos. Esos que siempre lo vieron y que nunca dejarán de hacerlo.

—Tienes dos hijos, dudo que sea algo fácil de superar cuando son igual a él—pide otro trago—a nosotros.

Nosotros... El nosotros dejo de ser eso cuando se fue.

—El nosotros no existe, Vincent.

—Claro, ahora no pero lo hizo—pasa su tacto por la piel desnuda de mis brazos—y da igual si vives con Nathan, incluso da igual si llegas a besarlo, porque lo sabes, lo sabemos—su respiración se instala en mi nuca cuando susurra lo que me temía

sei ancora mio tesoro.

Tiene una sonrisa arrogante, puedo verlo por el reflejo del cristal del vaso, odio lo arrogante que es.

—Me he acostado con Natal—su sonrisa se esfuma y sus puños se cierran. Suspira y pide la botella—Lo del agua era muy bueno para ser verdad—trato de reír cuando truena los dedos y otro camarero empieza a sacar a la gente.

Se lo que viene, o por lo menos trato de imaginarlo, así que tomo mi bolso y me paro.

—Fue un gusto volver a verte, debo irme—voy a marcharme cuando me toma del brazo y me jala hacia él, para después tomarme del cuello y aventar mi cuerpo a la pared.

—¿Se ha divertido mucho en mi ausencia no cree, señora Proudley?

—Si—digo casi sin aire.

—A mi no me parece divertido—su cuerpo fuerte y cálido se pegan al mío, siento esa electricidad como el primer día en que lo sentí de la misma forma—Creo que necesita lecciones, o tal vez necesita que le recuerde cuál es el plan, y que en ningún momento dice "acuéstate con el objetivo."

Fragmentos De Un Amor Incomprendido [LIBERTAD Y CONDENA] © +18 TERMINADAWhere stories live. Discover now