Mi pequeña obsesión

TRENTA NOVE

Capítulo 39:

Maratón 3/7
Narra Jaden.

— Sabrina... necesito que me digas donde dejaron el cuerpo. — Insisto ya que no me quiere soltar nada.

Le dije que la ayudaría, que la protegería, pero nada. Se a apartado de mi desde entonces... no me deja tocarla ni besarla y eso me jode.

— A ver...— trato de medir mis palabras antes de hablar— ¿Qué es lo que te pasa conmigo?

Me mira como si no pudiera creerme. Abre la boca para hablar, pero vuelve a cerrar pensando bien si soltarlo.

— ¿Realmente no sabes? —

— Si supiera... ¿te lo estaría preguntando? — alzo la voz—

Se levanta del sofá y camina hasta mi para enfrentarme y soltar lo siguiente.

— ¿Qué le hiciste a mi mamá?

— ¿Tú mamá que carajos tiene que ver en esto? Yo no le hice nada.

— La tipa... que tú contrataste... la mató a golpes...— sus ojos se cristalizan — La que tú me dijiste que cuidaría de ella mientras me llevabas a Las Vegas.

Abro los ojos por la impresión. Por supuesto que yo no le hice, ni le mandé a hacer nada.

— Eso es imposible, muñeca... La verdad nose de dónde sacaste toda esa mierda por que no es verdad. — hablo seguro — Si quieres te lo pruebo llamándola.

— No. No es necesario... — camina hasta el cajón de su lado de la cama y saca un periódico que me lanza y lo agarro en el aire— La mujer confesó que le ofrecieron 12 millones de dólares por matarla. Le preguntaron sobre la descripción del hombre y te describió a ti. — me arrebata el periódico — Un hombre italiano de ojos azules y cabello negro, se llevó a la hija de la mujer y me dejó a cargo! —

Me quedo quieto en mi lugar sin saber que decir, yo no hice nada, pero no creo que ella me crea.

— Eso es lo que me pasa contigo...—

— ¿Bryce lo sabe? — es lo único que logro preguntar—

Niega. — Ahora... dime con toda tu sinceridad si tú mandaste a matar a mi mamá.

Me acerco a ella y agarro su rostro para que me mire a los ojos.

— Yo no mande a matar a nadie ¿está claro? ¿Por qué mierda crees que yo la mande a matar y no pudo haber sido otro que la sobornara?

— ¿Cuál era la razón por que la que yo me quería ir de aquí, alejarme de ti? — permanezco en silencio— Mi mamá, exacto. — habla entre diente.

La suelto tratando de calmarme.

— Pues lastimosamente... yo no mandé a matar a tu mamá. Soy un hijo de puta, pero jamás haría algo que te hiciera daño. — Dejó en claro— Y si no te a quedado claro que me encantas, que estoy loco por ti, lo último que haría sería herirte de esa manera.

Me acerco para que me escuche bien.

— Si piensas que yo la mandé a matar... lárgate. — Lo digo aunque me duela— Lárgate y no vuelvas. — Trago en seco con la mandíbula tensada— No sabes las mierdas que hice para tenerte a mi lado, para que dormir a tu lado. Y luego ¿que? Para cagarla según tú matando a tu mamá.

Atrapo mi rostro con las manos.

— Joder, muñeca... — dudo soltarlo— Te amo. Te amo como no tienes idea y el saber que piensas eso... duele.

Salgo de la habitación sin antes escuchar como menciona mi nombre.

••••

Me siento en la silla que está delante del cristal con Sara delante. No me mira solo mantiene la vista en sus manos esposadas.

— Mi hanno minacciato... — suelta—

"Me amenazaron"

— Perché cazzo non me l'hai detto?— gruño entre dientes— Sabrina pensa che ti pagherò! —

"¿Por qué carajos no me dijiste?" "Sabrina piensa que yo te pagué"

Sus sollozos se hacen más fuerte.

— Chi era? — pregunto

"¿Quién fue?"

—Non so. Un uomo si è avvicinato a me mentre tornavo dal mercato, mi ha mostrato due valigette dicendo 6 milioni, ma sembrava che seguisse gli ordini. — se detuvo para respirar hondo—

"No lo sé. Un hombre se me acercó cuando regresaba del mercado, me enseñó dos maletines diciendo que ahí estaban 6 millones, pero parecía estar siguiendo órdenes"

—che accento aveva? —

"¿Que acento tenía?"

— Russo.

Doy un golpe en la mesa haciendo que brinque. Hijo de Puta.

— che fine hanno fatto gli altri 6 milioni?—

"¿Qué pasó con los otros 6 millones?"

— È stato allora che mi hanno chiesto di accusarti.

"Ahi fue cuando me pidieron que lo acusara a usted"

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