Capítulo 4

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~Ney~

No sé qué decir, menos cuando su expresión de sorpresa se torna furiosa. En dos grandes zancadas la tengo sobre mí, su boca entreabierta y los orificios de la nariz dilatándose y contrayéndose, parece una bestia enloquecida.

― ¡Puedes moverla! ―Grita tomando mi mano y apretándola con fuerza.

― ¡Ah! ―Gimo de dolor y ella la golpea contra la cama y deja caer su peso sobre ella.

―Te duele ―Señala― Puedes sentir ¿Desde cuándo? ―Exige tomándome de la bata y separando mi cuerpo de la superficie de la cama― ¿Desde cuándo puedes hacerlo? ―No contesto y eso la enerva a un mas― ¡Contesta! ―Grita descargando su puño contra mi rostro.

Veo luces y la visión se me borra unos segundos, de nuevo tira de mi ropa acercando su cara a la mía.

― ¡Dime! ―Está loca. Parece fuera de si― ¿Puedes mover la otra? ―Contengo el impulso de golpearla e intento mantener rígida mi mano derecha, para evitar que note que también puedo moverla.

― ¿Qué está pasando? ―Miro hacia la puerta y encuentro a la directora Saeng, mirándonos desconcertada. No sé si debería sentirme aliviada o más preocupada. No es bueno que lo sepa ella tampoco.  

― ¡Nos ha mentido! ―Bufa Ivette aun sujetándome― Puede moverse, la acabo de ver ―Los ojos de Saeng se centran en mi rostro, seguro ha visto el golpe que me ha dado, también ve como me sujeta de la bata.

―Suéltala ―Pide con voz serena.

―Debe recibir un castigo ―Protesta. ¡Castigos no, no más!

―Es solo la mano ―Me apresuro a decir― Y es poco el movimiento que tengo en ella, no lo sabía.

―Déjame ver ―Pide Saeng y le indica una mirada a Ivette para que se haga a un lado, tarda unos segundos en acatar la orden, pero finalmente lo hace― ¿Cuál es?

―La izquierda ―Contesto rápidamente. Me mira la mejilla y hace una mueca, pero no dice nada. Toma mi muñeca adolorida y niega moviendo ligeramente la cabeza al notar una marca rojiza que los dedos de esa loca ha dejado sobre mi piel. A pesar de las quemaduras, que han oscurecido algunas zonas, sus dedos se han marcado.

Eso es abuso y podría denunciarlas, pero, no es eso lo que quiero hacer, necesito recuperarme y las exigencias no me llevaran a ninguna parte.

― ¿Solo esta puedes mover? ―Cuestiona y asiento.

―Puede que nos esté mintiendo ―Murmura entre dientes Ivette mirándome con una expresión siniestra. Sé que las cosas no se quedaran así y eso me preocupa, pero si pido ayuda ira peor, como las veces anteriores― Nos ocultó eso ¿Por qué deberíamos creer que dice la verdad y que solo puede mover esa mano? ― ¡No! Espero que la directora no crea sus palabras y quiera comprobarlo.

CicatricesWhere stories live. Discover now