Capítulo 6

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~Hwa~

La llamada de Eric me sorprendió, sonaba ansioso y muy preocupado, sin embargo no dio más detalles, lo único que dijo, era que debía ir de inmediato. Detengo el auto justo delante del que por varios años había sido como una segunda casa, el centro médico Asan. Me tomo unos segundos antes de abrir la puerta y descender.

―Doctor Jung ―Saluda Chul, el guardia, al verme acercar.

―Buenas noches ―Saludo. Sin detenerme, cruzo las puertas y a unos metros de la entrada, puedo ver a Eric, enfundado en su bata blanca, dando vueltas de un lado a otro como poseso.

― ¡Hwa! ―Exclama en cuando advierte mi presencia. Avanzo y él también viene a mi encuentro. Su expresión me indica que algo no va bien.

― ¿Qué ocurre? ―Niega con un movimiento de cabeza.

―Ven conmigo ―No entiendo a que se debe tanto misterio, pero lo sigo. Subimos al ascensor y es entonces es cuando deja escapar una enorme bocanada de aire y me sujeta por los hombros, obligándome a mirarlo a los ojos.

― ¿Qué pasa? ―Insisto sintiéndome preocupado.

―Cristal intento quitarse la vida.

― ¿Qué? ― ¡No puede ser!

―Si. Se cortó las venas y ahora ha pedido verte ―Niego mientras me paso las manos por el pelo.

―Debiste decirme ―Le reprocho― No debí venir ―Intento detener el elevador pero sostiene mi mano.

―Hwa.

―No, Eric. Mi presencia solo complicara más las cosas ―Intenta chantajearme― ¿Su padre lo sabe?

―Si. Pero ha sido él quien me ha pedido que te convenza de venir.

―Eric...

―Por favor, Hwa. Solo tienes que hablar con ella.

―Voy a casarme con Ney ―Le confieso, no puede ocultar su sorpresa― ¿No dices nada?

―Me lo esperaba.

―No puedo verla.

―Quizás ahora con más razón deberías hacerlo. Si piensas casarte con esa chica, creo que deberías decírselo a Cristal.

― ¿En su estado? No.

―Entonces solo habla con ella ―No sé si debería hacerlo, pero antes de que pueda hacer algo, las puertas se abren y el rostro del doctor Iñiguez aparece frente a mí.

~Ney~

Intento abrir los ojos pero todo es oscuridad, tengo algo que los cubre. Intento moverme, pero estoy bocabajo, sobre una superficie húmeda y fría. Mis manos están sujetas a mi espalda, junto con mis pies. Siento el dolor en mis muñecas, aunque en mis pies no siento nada. Me cuesta respirar, puesto que mi nariz choca contra el suelo y lucho por cambiar mi postura, pero es inútil, aun no puedo mover mi cuerpo, salvo las manos y las tengo atadas. ¿Qué rayos ha pasado? ¿Qué es este lugar?

Escucho chillidos y movimiento a mí alrededor, además de un desagradable aroma.

― ¿Quién está ahí? ―Preguntó en voz alta, guardo silencio esperando una respuesta, pero no la hay, solo los sonidos y chillidos que ahora parecen más cercanos. Mi cerebro lucha por entender que pasa y entonces los reconozco. ¡Ratas! Son ratas las que corretean a mi alrededor, por lo que puedo intuir, son bastantes.

Mi respiración se acelera, no les tengo miedo, pero no me agradan. Mi cabeza es un lio, pero los recuerdos de la noche anterior llegan en medio de la confusión. Ivette sedándome y diciendo que pagaría por matarla. ¿Matarla? ¿A quién? ¿Sid? Lucho por recodar algo sobre su familia. ¿Tenía hermanas? Rayos, nunca me importaban sus pláticas, así que no es gran cosa. Sé que sus padres vivían en una provincia a las afueras del país y que a veces le escribían, pero no se dé nadie más. ¿Soledad? A ella no la mate yo, así que sería poco probable. Aun así, todo cobra sentido. Su mirada de desagrado, los maltratos a los que me ha sometido desde que llegue a ese sitio, su afán porque no recupere la movilidad, todo. ¡Mierda! Esto es malo.

CicatricesМесто, где живут истории. Откройте их для себя