Capitulo 7

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~Hwa~

Una llamada anónima había delatado a una mujer que coincidía con la descripción de Ivette, en las afueras de la ciudad. La policía se había movilizado hasta el lugar. Tenía órdenes de permanecer afuera de aquella vieja casona, donde se suponía estaba Ney. Esa había sido la condición impuesta para que me permitieran acompañarlos. Pero ellos no entendían la gravedad de las cosas, Ney era incapaz de defenderse, esa mujer la odiaba y era capaz de todo.

En cuando irrumpieron en la casa y escuche como gritaban que las habían encontrado, me libere del hombre que me sujetaba y entre, sin importarme sus protestas.

Corro hasta donde están todos los policías y es entonces cuando la veo. Tiene heridas y sangre en todo el cuerpo, sus ojos se encuentran con los míos una fracción de segundo, pero Ivette la sujeta del cuello, desvían su mirada. Intento dar un paso adelante, pero alguien me aparta de la puerta y me empuja a un costado, contra la pared.

― ¿Quién rayos lo dejo pasar? ―Pregunta molesto el comandante, no tengo tiempo de discutir con él.

― ¡Intenten algo y la mato! ―Se escucha la voz de esa mujer. Mi cerebro busca desesperado la forma de rescatarla, de liberar de las garras de esa mujer.

―Esta armada ―Me susurra el elemento junto a mí― Tenemos que ser cautelosos o podría matarla.

―Apunten a la cabeza ―Ordena con voz fría el comandante. Todos lo miramos sorprendidos― Es la única posibilidad de salvarla...

― ¡No entren, hay gasolina! ―Se escucha la voz estrangulada de Ney y todos se tensan ante sus palabras. ¡Gasolina! Piensa prenderse fuego.

― ¡La va a degollar! ―Grita un policía. Todo se mueve en cámara lenta.

― ¡Tiene un encendedor! ―Grita alguien más y todos entran en acción.

― ¡Ney! ―Grito intentando abrirme paso, pero entonces un disparo se escucha, seguido por el sonido de un cuerpo cayendo al piso.

¡Es esa mujer!

Veo como cae a un costado, con un disparo en la frente, tiene los ojos dilatados y de su mano cae el encendedor, todos contienen el aliento mientras se precipita al piso con la llama encendida.

―Retrocedan ―Ordena el comandante.

Yo no me muevo sigo la trayectoria del objeto hasta que golpea el piso, pero... la flama se ha extinguido. Desesperado me abro paso entre los cuerpos y llego hasta ella. La sangre que brota de su cuello, se expande por el piso y temo lo peor.

― ¡Ney! ―Grito fuera de sí. Sus ojos están cerrados y su rostro, lleno de laceraciones, luce pálido. Cubro la herida con mi mano, pero siento como fluye el líquido tibio entre mis dedos y los ojos se me llenan de lágrimas― ¡Ney, resiste! ―Exclamo con las emociones desbordadas.

¡No de nuevo! No puedo perderla otra vez. ¡No!

― ¿Dónde están los paramédicos? ―Pregunta el comandante acercándose a mí― ¡Paramédicos!

Sus ojos escrutan el cuerpo inerte de Ney, su expresión se torna horrorizada y compasiva. Vuelve la mirada hacia el cadáver de Ivette.

―Se lo merecía ―Sentencia. No podría estar más de acuerdo, pero no tengo cabeza para pensar en nada más que no sea en Ney y en el hecho de que su cuerpo pierde calor, mientras mis manos se tornan rojas.

~Ney~

Entre la oscuridad que me rodea, una diminuta luz comienza a brillar. ¿Debería ir a ella? ¿Es como en las películas? ¿Debo ir a la luz? ¿He muerto? ¿Es así como se siente? Tranquilidad, paz, sin dolor. Tengo muchas preguntas, pero todas se interrumpe cuando percibo un sonido, que se ha vuelto tan habitual, él cual comienza a invadir mi cabeza.

CicatricesWhere stories live. Discover now