♯ ⿻ ˚ ༘✧⇄Gyomei y Sanemi tienen una fuerte pelea de pareja, terminado diciéndose cosas muy irientes.
El patrón al enterarse decide enviarlos juntos a una misión para que se reconcilien.
La misión no sale bien y sanemi cae ante una técnica demoníaca...
Estuvo volando o más bien siendo llevado por un tiempo indefinido. Llegó al frente de dos ventanas circulares con acabados en madera de roble, de tamaño medio, estaban cerradas mostrando unos hermosos vidrios vileta obscuro que permitían ver a través de ellos. El albino fue dejado en el suelo, se acerco a las ventanas, vio a través de ellas a dos personas, eran Gyomei y Genya.
─ ¡Hey! ¡Estoy aquí! ─ grito pero nadie le escucho.
─ no te van a contestar, no te pueden escuchar ─ dijo el demonio.
─ ¿donde estoy ahora? ─ pregunto ya enojado.
─ estamos viendo el presente ─
El humano miro devuelta por una de las ventas. Podia escuchar lo que decían.
─ me tiene preocupado, hace un mes que no despierta ─ dijo Genya preocupado.
─ Hace un mes que estoy dormido no pude ser si... si.─ Era obvio en su subconsciente no había transcurso del tiempo.
─ tranquilo, el es muy fuerte de seguro despertara ─ contesto Gyomei. ─ ve a casa a descansar tu misión fue difícil ─
El chico solo asintió, le dio una última mirada al cuerpo dormido de su hermano y se fue. Quedaron solos el y su pareja. Podía ver la preocupación en el rostro del mayor y unas grandes ojeras seguro no habría dormido mucho seguramente cuidándolo. Tocaron la puerta, luego paso una pequeña mujer, Shinobu.
─ ¿Como está, algún cambio? ─ pregunto con un dejé de esperanza le ojivioleta.
Gyomei solo negó. Se vio el decaimiento en la mirada de la mujer.
─ Oyakata-sama está muy preocupado ─ dijo la pelinegra. Tomo un termómetro y tomo su temperatura, un chequeo diario para la revisión de su salud.
Luego de revisar unas cuantas cosas más se retiró, sino antes de darle una noticia a el mayor.
─ Himejima-san , si Shinazugawa-san continúa así el no sobreviva. ─ hablo angustiada.
El pelinegro mayor no dijo nada simplemente tomo la mano de su pareja con fuerza.
Sanemi miraba desde el otro lado con claro asombro en su faz. Sino aceptaba más su error Jamas volvería a ver a sus seres queridos... Jamas volvería a ver a su amado.
─ oye humano, antes de que tomes tú decisión final debo mostrarte algo ─ hablo el monstruo.
Enfrente del albino apeteció una fuente, de detalles en mármol y oro.
─ es la fuente del destino, todo ser vivo nace con un destino escrito pero al tomar diferentes deciciones a lo largo de su vida su destino cambia ─ explico el demonio.
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