68. vives siempre en tus actos

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Valentina se sentó en el cómodo sofá de cuero del estudio de su padre.

Era el mismo sofá de cuando era una niña, cuando entraba a escondidas al estar su papá trabajando. Chivis la perseguía y la regañaba por poner los pies en el sofá y ensuciarlo con sus zapatos. Valentina recuerda a su papá diciendole a Chivis que la dejara ser, la mayor parte del tiempo. Siempre fue su consentida.

Muchas cosas cambiaron desde entonces, pero eso no.

Valentina hizo girar el ron en su vaso antes de tomar un sorbo. Guille hizo lo mismo, y su cara se torció en una mueca al tragar el licor.

—Órale, Val. No se como le haces para tomar así.

—Práctica, hermanito—le contestó Valentina. 

—Dios—exclamó su papá, sacudiendo su cabeza. Valentina se cubrió el rostro. A decir verdad, se le había olvidado que por la mayor parte de su vidad había intentado ocultarle a su papá cuato le gustaba el licor.

—Pregunta—dijo León—. La botella de ron del 92 que yo guardaba dentro del gabinete en mi oficina...alguien se la terminó y reemplaazó el licor con refresco de cola. Siempre asumí que habia sido Guille pero—

—Yo no fuí—intercedió Guille.

Valentina se mordió el labio.

—Hija...tendrías como dieciséis años.

Valentina recuerdaba aquellos tiempos como un sueño lejano. Hace un par de años, cuando tenía veintidós o veintitrés, la adolescencia se sentía reciente, ella estaba tan llena de problemas que aún no conseguía superar, de remordimientos que aún no dejaba atrás. No estaba segura de en que momento esa niña que se robaba el licor de su papá y mentía sobre donde estaba se convirtió en la mujer que era ahora. Un día despertó y se dió cuenta que había terminado la universidad, que tenía un trabajo, una novia...que no se sentía tan perdida. Tiene diferentes preocupaciones ahora, sí, pero no cree que volvería en el tiempo aunque pudiera. 

Y su papá no estaba del todo en lo correcto. 

—Fue el primer verano que visité del internado. Así que tenía quince, la verdad.

Su papá los miró, y despues de un momento, tan solo suspiró y se sentó entre los dos hermanos.

Valentina inmediatamente se arrimó al costado de su papá.

—¿Pueden creen que Eva va a regresar con nosotros?— musitó Valentina—. Va a estar la familia completa de nuevo.

Guille miró al techo. —Eso es si el juez se convence—

—Se va a convencer—dijo Valentina con firmeza—. Eva va a volver a casa, Dani va a tener a su mamá y nosotros vamos a estar todos juntos de nuevo.

—Dios te oiga, hija—. Su papá besó su frente. —¿Y Juliana? ¿ Sé que no era tan cercana con Eva, pero esperaba que viniera contigo.

Guille se levantó abruptamente.

—Yo...voy a ver a Lucía y a mi hermana favorita.

Val le sacó la lengua, al mismo tiempo que se sintió profundamente agradecida con su hermano mayor. El había visto sus lágrimas la noche en que se fue del apartamento con Dani. El sabía de su situación actual con Juls. Pero su papá no estaba enterado aún de como habían escalado las cosas.

—¿Pasó algo?—preguntó su papá una vez que la puerta se cerró detrás de Guille. Su hermano había sido oportuno, sí, pero no discreto. 

Valentina suspiró, y asintió.

—¿Juliana y tu siguen discutiendo?

Valentina asintió de nuevo. 

—¿Quieres conversar?

Valentina lo pensó por un momento. Quería conversar, sí, pero con Juls. Quería desahogarse con ella. Y no sentía correcto soltarle todo a su papá. Valoraba sus consejos más que nada en el mundo, pero había llegado a un punto en el que sentía que ciertas cosas debían quedar entre ellas.

De Aquí A La Luna || JuliantinaKde žijí příběhy. Začni objevovat