32.

967 100 35
                                    

Escuchen la canción en bucle durante todo el capítulo, me lo van agradecer después.

Evie era una prima sumamente sobreprotectora y no se avergonzaba por ello

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Evie era una prima sumamente sobreprotectora y no se avergonzaba por ello.

Había conocido a Nina cuándo ambas apenas y pasaban los diez años de edad, la pequeña pelirroja, que era menor por unos cuántos meses, parecía exponencialmente más joven, no por el tamaño, puesto que la azabache no había heredado la altura de su padre y Nina era una niña bastante delgada y larga, si no que en sus ojos poseía cierto brillo que presionaba la espina protectora en Evie.

La Smith poseía un alma maternal desde pequeña, quizá porque su madre enfermaba seguido o porque convivía demasiado con el estricto -y sumamente paternal- esposo de su padre, pero aquellas cosas la hicieron madurar bastante rápido, por esa razón, cuándo llegó una pequeña niña pelirroja de mano de su tía Hange no pudo hacer otra cosa que prometer cuidarla hasta el fin de sus días, y eso ni siquiera había disminuido cuándo su hermanito Falco nació, por el contrario.

Quizá por todo lo anterior sentía una infinita culpa del estado a dónde llegó su amada prima menor. No por consumir las pastillas, si no por no percatarse de cuán rota estaba la menor, Reiner le repetía que Nina claramente no quería que nadie la viera así y que no era culpa de Evie no darse cuenta de cosas que la pelirroja escondía a la perfección hasta de los ojos de sus padres, pero aún así la azabache sentía en el fondo de su corazón que podría haber hecho más por Nina.

Eso no la privó de abrazarla con fuerza cuándo la vió en la camilla, débil, más delgada que de costumbre y con el rostro algo demacrado, pero consciente, eso era lo que importaba. Evie lloró, se permitió llorar mientras acariciaba los cortos cabellos rojizos de una de las personas más importantes en su mundo, quiso prometerle mil y un cosas, pero las palabras no pudieron salir de sus labios a causa de la emoción.

Eso había ocurrido hace unas horas y Evie todavía no se separaba de su lado, la hora de visitas estaba apunto de terminar, y Moblit ya se había ido a su casa para bañarse y volver en la tarde, pero Evie seguía allí, alimentando a su prima con algo de comida que había llevado a escondidas, después de todo la comida del hospital era insípida. Nina se dejó mimar por la mayor, recibió ese puré de verduras que su tío Erwin le había preparado y dejó que Evie limpiara su rostro como si no tuviese más de cinco años.

—¿Te sientes mejor?.-Preguntó la mayor dejando el plato de comida a un costado y, sin poder evitarlo, acarició la pálida mejilla de la menor con una delicadeza impresionante.

Nina lanzó un pequeño suspiro dejándose caer en el tacto ajeno, estaba hambrienta de contacto, en especial de aquél que venía de mano de su familia, quizá era porque el hospital se sentía tan frío como cuándo ella era una pequeña niña que no tenía familia más que un padre encerrado en prisión y una madre hospitalizada. No importaba la razón exacta, pero agradecía que Evie fuese de esas personas que sabían expresar su amor por medio del contacto físico.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 13, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Queen of disaster; Jean KirsteinWhere stories live. Discover now