'· . T1, E2 🦋

3K 429 92
                                    

──── · · · ✧ Pasado ✧ · · · ────

Tan pronto cómo la habían descuidado, la de hebras platinadas aprovechó la oportunidad y se escapó de su habitación para ir a ver al emperador pese a sus indicaciones de no molestarlo ese día

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Tan pronto cómo la habían descuidado, la de hebras platinadas aprovechó la oportunidad y se escapó de su habitación para ir a ver al emperador pese a sus indicaciones de no molestarlo ese día. Aun con esto en mente, tenía el tormento de aquella mancha rojiza que se repetía en sus pensamientos, molestando de forma tenue cada que pensaba en lo ocurrido un par de horas atrás.

Se apresuró a ir a la oficina del emperador porque ese fue el último lugar al que dijo que iría, pero al llegar no encontró a nadie alrededor, ni siquiera el marqués Karl estaba ahí ese día, por lo que su recorrido la llevó a la sala de descanso donde normalmente Sovieshu iba a pasar el tiempo, o al menos donde iba con ella desde que llegó. Entró por la puerta de la servidumbre porque era el acceso más cercano y al adentrarse por el pequeño pasillo pudo escuchar un par de risas provenientes del fondo, reconociendo la voz del mayor enseguida, se asomo por el marco de la puerta solo para poder ver al pelinegro sentado sobre el sillón principal con un par de postres en la mesa de té frente a él, y cargando sobre sus piernas, Cristel se hallaba abrazándolo por los hombros mientras reía paseando un tenedor con un pequeño pedazo de torta de zanahoria cerca de la boca del mayor pero sin dejar que lo comiese.

— Cristel, basta —río en un intento fallido de regaño tratando de detener su mano—. Tengo hambre.

La menor accedió finalmente llevando el cubierto a su boca, dándole la oportunidad de comer aquel postre que era el preferido de la pelirroja.

Rashta sintió la molestia subir desde su estómago, quedando estancada en su garganta sin poder dejarlo salir, claramente podía ver que la relación entre la emperatriz y el emperador no era tan buena ni sólida como debería ser considerando que eran un matrimonio con un par de años de vigencia, pero de la misma forma que podía notar esos defectos, podía notar fácilmente que Cristel tenía el control de todo lo relacionado a la suya. No solo jerárquicamente y social como lo había visto hace unas horas en el jardín, sino que completamente, tenía más prioridad emocional y presencial en la vida del mayor.

— Sovieshu, ¿Quién hará mi trabajo ahora que no estaré en los registros del imperio? —preguntó con leve curiosidad la menor acariciando los oscuros cabellos del mayor, completamente embelesada por sus suaves facciones.

— El sumo sacerdote y la iglesia podrán hacerse cargo de su trabajo, no te preocupes por ello querida, quiero que descanses y pases tiempo en el palacio —murmuró el mayor en respuesta besando la mejilla de la menor—. Quiero que estés conmigo, sobre todo en estas fechas donde las festividades se aproximan.

La pelirroja asintió suavemente antes de besar al mayor, acariciando su mejillas con delicadeza. Ante esto, Sovieshu reafirmó el tenue agarre que tenía sobre la cintura de la pelirroja y correspondió el beso de forma tierna y lenta, dejando un cálido y furtivo sentimiento de alegría al pasar los segundos unidos.

𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐇𝐑𝐎𝐍𝐄Kde žijí příběhy. Začni objevovat