IX.

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Capítulo 9: ¿Secuestro? ¿El Demonio Ciborg? ¿Alianza?

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"Me niego a tu negación."-

Hablo con tanta convicción que cualquiera le podía llegar a decir político, pero de manera irónica, eso era lo que él era. ¿Un bastardo? ¡CLARO QUE NO! Bueno.... A los ojos de la marina si lo es, pero a él no le importa una mierda lo que esos hombres intenten decir.

Es un político de un país que todavía no es suyo, sobre las reglas del país hecho una mierda por la tiranía de Kaido, y con solo recordar eso, le daban ganas de usar su Bankai para borrar de la existencia al maldito dragón de mierda. ¿Cuál es su Bankai? Eso completamente secreto. No había razón de que nadie si quiere supiese que él tenía un Bankai, o lo que significaba algo como eso.

Pero.... Si. Hablo tan convencido de sí mismo, que incluso pensó que Giyu al lado suyo, se sentía demasiado apenado por sus arrebatos. Si, el pequeño emo de mierda había ido con su persona por los alrededores, matando a la gente de un susto con la gente solamente ver su cara.

¿Se sentía apenado de sus mierdas personales? ¿Le importaba? ¡CLARO QUE NO! Por eso es libre de pensar, como de decir cualquier cosa que se le venga a la cabeza. ¿Por qué los Estados Unidos no podían ser de esa manera?

Se burló de ese pensamiento, y de los pensamientos de país que técnicamente no existían en su realidad, pero.... A él le gusto romper la cuarta pared.

¿Qué hubiese pasado si en realidad se hubiese metido a la marina?

Su padre le hubiese matado, aunque al final del día, iba a terminar como un pirata. No es que la cosa cambiase radicalmente.

Sintió una mano en su hombro, que lo movió bruscamente como si fuese una persona que se acaba de desmayar por el hecho de que no tenía las proteínas necesarias en su cuerpo. Ese si era una manera horrenda de caerse desmayado. Pobre bastardo que le haya pasado eso, seguramente debe de tener traumas.

Volvió a mirar a la realidad, y dejar de imaginarse sus pensamientos, ya que realmente algunos eran perturbadores. ¿Puede explicarse de eso? Quería hacerlo, pero hacerlo sería como darles un trauma a todos, cosa que volviese locos a todo el mundo.

"Señor, entienda. No puedo irme."

Eso le hizo fruncir el ceño. Hizo una cara divertida pero que claramente estaba infundida con una confusión demasiada molestosa para cualquiera.

¿Desde cuándo le habían dicho que no?

Desde que tiene viviendo con su padre Shirohige, este siempre le decia "No" para la mayoría de las cosas, aunque para otras expresaba su aprobación con un gesto de cara.

"No sé qué tan fuerte es usted. Aunque quiero recorrer el mundo, para poder crear un barco con ese estilo, no veo la necesidad de seguir a un capitán débil."

Alzo una ceja, y tuvo que poner una mano en la empuñadura de la Zanpakuto de Tomioka, quien estaba a punto de sacar su espada en una ira hecha de líquidos aceitosos de reparación.

¿Y si dijese de manera abrupta, que una persona puede ser un humano que se haya decidido en cambiarse como una maquina por cosas que claramente no sabe?

Nadie le creería, sin embargo, llego a conocer a este hombre dentro de la zona en donde se vende y se reparan barcos.

Al principio pensó que era una persona que realmente tenia uno de esos Cosplays, que son tan raros pero que ahora la gente usa, no obstante, cuando se dio cuenta que realmente era humano pero que tenia partes de metal, se sorprendió de sobre manera.

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