DE FIESTA CON DRAKE Y JOSH (PARTE III)

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Cuando Ned penetró en el cuarto de Lisa y Moze, lo que encontró fue algo bastante extraño, casi se podría decir que "aterrador"

Moze estaba jugando con Lisa, ambas en la cama de la primera, con lo que parecía una tabla Ouija.

  —Espíritu, danos una señal de que estás en contacto con nosotras— dijo Moze mientras Lisa sujetaba el puntero de la tabla sobre la palabra "SÍ"

  —¡Chicas! ¿Qué están haciendo?— Exclamó Ned después de haber observado por algunos minutos.


Moze se quedó estática al darse cuenta que su novio se encontraba ahí mismo. Rápidamente guardó la tabla y el puntero debajo de su cama.

(Una regla había sido rota)

  —Ned estábamos aburridas y me pareció divertido hacer esto— explicó Jennifer.

Lisa asintió tranquilamente, después se recostó en su cama.

  —De todas formas, ¿por qué estás aquí a está hora?— cuestionó Lisa.

  —Cierto— Exclamó Moze.

Ned recordó el Plan, y que no tenían mucho tiempo para llevarlo a cabo.

  —¡Ya tenemos un plan para salvar la canción de Drake! Y necesito que ustedes vengan con nosotros en el auto, les explico con más detalle en el camino— dijo Ned.


Ambas chicas se vieron entre sí, no parecían muy convencidas de aquello. Pero aún así, aceptaron ir con Ned, Martin y Josh.

  —Espera, necesito mi teléfono— Exclamó Moze.

Ned las esperó por alrededor de diez minutos, y cuando finalmente estuvieron listas, los tres juntos bajaron al primer piso y salieron de la casa. Momentos después se montaron en el auto de Josh, y sin que se fueran cuenta, en un instante ya estaban atravesando la ciudad, rumbo a Speend City Records'





  —Explíquenme por qué tenían que ir vestidos de esa forma— cuestionó Lisa de forma algo despectiva, pero amable.

  —Una palabra: CAMUFLAJE— Respondió Josh quien iba al volante.

Nadie dijo nada más en el transcurso del viaje hacia la disquera. Era demasiado extraño ir por las calles de San Diego a plena luz de la luna y en medio de la madrugada. Pero desde luego, San Diego no se parecía en nada a su hogar.

Después de casi cuarenta y cinco minutos de viaje, llegaron al edificio.
Un complejo de al menos dieciocho pisos, con ventanas de cristal y hecho de concreto y acero.

  —De prisa— dijo Ned una vez que todos salieron del auto.

Se encaminaron a la entrada principal, para que Josh pudiera abrir la puerta y entrar. Durante los primeros segundos, tuvieron la horrorosa sensación de haber sido descubiertos ya que oyeron un sonido muy raro, similar al pitido de una cámara de seguridad. Sin embargo, Josh les explicó que se trataba solo se su reloj de pulsera, el cual tenía una alarma.

Josh logró abrir la entrada con las llaves, y después el resto de los chicos se abrió paso. Se aventuraron en una enorme subida llena de escaleras, debían llegar al último piso, que era donde estaban los registros y el Disco que sería enviado al día siguiente a las instalaciones del estadio donde sería el Super Bowl.

  —Falta poco, un piso más— Exclamaron Ned y Josh al ver que los otros tres chicos comenzaban a sentirse agotados.

Finalmente, llegaron al último piso de aquel enorme edificio que fácilmente podría ser catalogado como Rascacielos considerando el lugar donde estaba.

DESPUÉS DE LA ESCUELA: EL MANUAL DE NED Where stories live. Discover now