𝐗𝐈. 1 y 2 de enero

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1 ∂є єηєяσ ∂є 2023

𝕹𝖔𝖗𝖆

- Suéltala o llamo a la policía- escucho una voz a mi espalda. Miro al chico a la cara y rápidamente me giro.

- ¡Karen!- le grito, pero el chico me agarra más fuerte, haciéndome daño.

- Le estás haciendo daño, suéltala- le insiste Karen acercándose a nosotros.

- Jajaja- se ríe el susodicho. Me dan unas ganas increíbles de pegarle una patada en los huevos- no va a ser tan fácil. Si yo la suelto, tengo que ganar algo a cambio.

- ¿Qué quieres?- habla Karen antes de que lo siga haciendo él.

- Quiero todo el dinero que llevéis ahora mismo encima. Además de todas las joyas que lleváis puestas sobre vuestros preciosos y elegantes cuerpos. 

- Hecho- dice Karen empezando a sacarse las joyas.

- Ey ey ey, esperad, no he terminado- nos dice el chico con sonrisa triunfadora- quiero también vuestros bolsos.

- Eres un cabrón y un hijo de puta- le espeto yo con rabia.

Él nos vuelve a sonreír y me suelta. Le miro cabreada y me voy al lado de Karen. Me abraza y yo suelto una pequeña lágrima, pero me la limpio enseguida para que no vea el asqueroso que tengo a centímetros que aún soy débil.

Como estoy de espaldas, me guardo mi cartera- solo con las tarjetas- y las llaves de mi casa en el sujetador. Voy con vestido y no tengo bolsillos.

- Trae- le digo a Karen para que ella también me de su monedero y sus llaves. Parece que el hombre no se da cuenta de nuestros trapicheos porque no nos dice nada.

- Toma, aquí tienes todo- le dice Karen tendiéndole todo lo que nos ha pedido. Él se va y yo por fin respiro tranquila.

- Karen, lo siento. Te prometo que te devolveré el dinero y te compraré otro bolso.

- Ey tranquila, esto no ha sido culpa tuya. Mañana iremos a hablarlo con la policía. Le he hecho una foto cuando venía sin él darse cuenta. Seguro que lo buscan y lo encuentran.

- ¿Y si coge un avión y se va?

- ¿Cuánto dinero llevabas encima?

- Creo que unos veinte euros.

- Pues ni de coña le da para un billete. Yo creo que a duras penas llegaba a los diez euros. 

- Pero para un tren si que le da.

- Bueno ya está, ojazos. Vamos a intentar olvidarlo y nos vamos para tu casa. He avisado a mi madre de que hoy me quedo a dormir contigo. Mañana cuando nos levantemos, tu hablarás con tus padres. Pasado iremos juntas a la policía y les daremos todos los detalles, ¿vale?- me pregunta y yo asiento. Me acerco más a ella y le abrazo. Ahora si que lloro y no hago nada para evitarlo. Me permito por unos minutos ser débil. 

Como me dijo Lucía: Tropezarse también es parte del camino.

Caminamos juntas agarradas de la mano hasta mi casa. Subimos hacia mi habitación y nos echamos a dormir.

A la mañana día siguiente

- Buenos días preciosas- nos dice mi madre acariciándonos por encima de las sábanas- Karen, tus padres me han llamado. Van a pasar por ti en unos diez minutos porque tenéis una comida familiar.

Las dos nos levantamos y yo me restriego los ojos. No he conseguido dormir mucho. Concilié el sueño alrededor de las seis de la mañana.

- ¿Qué hora es?- pregunta Karen con voz dormida.

Sueños~Pablo GaviWhere stories live. Discover now