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Wonwoo
Me encontraba en mi habitación hablando por Skype con mi mejor amigo Jun, tenía un muy mal presentimiento desde que desperté esta tarde.
- No me gusta mucho esa canci..
- ¡Wonwoo, ven aqui! -me vi interrumpido por la voz de mi mamá llamándome desde el primer piso.
-Hablamos luego, mamá me está llamando -le dije a Jun con un tono cansado, me da flojera caminar hasta allá abajo.
- Está bien, hablamos luego -dijo él con una linda sonrisa. Lo observé en silencio, él tiene el cabello castaño, ojos marrones claros, nada de músculos y es un poco más alto que yo, es muy guapo.
- Quiero hacer yaoi contigo - dije mirándolo a los ojos y luego a sus carnosos labios sonrosados.
- Sólo dime cuando - respondió subiendo y bajando sus cejas haciéndome reir.
No hablo en serio con lo del yaoi, aunque me acaban de dar ganas al ver su mirada pícara. Oh si, tenía ganas de lamer su...
-¡wonwoo! -fruncí el ceño al escuchar a mi mamá gritando, interrumpiendo mis hermosos pensamientos.
- Hablamos mañana, adiós -dije mirándolo y haciendo un puchero, él asintió y se despidió otra vez.
Bajé al primer piso arrastrando los pies, las escaleras parecian no tener fin.
- WONWOO
Escuché como me llamaba otra vez, sobé mis sienes mientras fruncía el ceño, ya me duele la cabeza. Su voz provenía de la sala de estar así que me dirigi hacia allá, en cuanto entré no pude evitar sentir una gran sorpresa. Ahí estaban mi papá, mi mamá y el idiota de Mingyu, este último tenía la misma expresión de sorpresa. ¿Qué hace ese idiota aquí? Yo reaccioné y mirė a mi mamá buscando una explicación a lo que ella me sonrió lo que me hizo arquear una ceja.
- Él es Mingyu y será tu niñero - dijo ella simplemente, comencé a reirme, mamá puede llegar a ser muy bromista. Una muy mala bromista.
-Jajaja, buena broma mamá, ahora dime la verdad -dije arqueando una ceja y cruzándome de brazos después de parar de reír, aunque esa broma no me hace ninguna gracia. Ahora fue ella quien arqueó una ceja y negó con la cabeza.
- No es una broma Wonwoo -respondió ella mirándome seriamente.
No pude evitar mostrar el terror que me causaron sus palabras, miré a mi papá, este asintió con la cabeza, por último miré a Mingyu y noté que ya no tenía una expresión de sorpresa ahora tenía una mirada maliciosa y una pequeña sonrisa sádica, yo tragué duro y miré a mi mamá con desesperación.
-¿Cómo dices? Pero él es un adolescente... į¿cómo piensan dejarme con el?! ¡Además él es malvado! Dime Mingyu... ¿cuánto te están pagando para que hagas esto? Yo te pagaré más para que compres un boleto al infierno y te pudras con los de tu clase.
