08

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Al día siguiente, Gigi de había levantado bastante temprano.
Sus emociones estaban a mil por hora, quería jugar con Seokjin, abrazarlo, darle besitos y ser cargado. Ah, y también tenía una conducta más infantil de lo normal, el mayor lo noto rápidamente.

Este gateaba, balbuceos cuando pedía algo o le molestaba algo, objetos en su boca incluso si seokjin le dijo que no estaba bien, más accidentes.

—Gigi, eso no va en la boquita! —Dijo por décima vez el mayor para quitar el lápiz de sus manitas

esto disgusto al más pequeño.
hizo un leve puchero y una queja haciendo que sus ojitos se llenen de lágrimas rápidamente.
y estas no tardarón en salir. Empezó a patalear y a gritar un poco, exacto, estaba haciendo un berrinche por el lápiz que estaba en su boquita hace unos instantes.

—Vamos, Gigi. Puedes enfermar, el lápiz está muy sucio —Intenta calmar al más bajito, pero no funciona, este sigue pataleando mientras sus manitas estan alzadas en dirección al dichoso lápiz de las manos de Seokjin.

El mayor suspira para acercarse cuidadosamente, cargarlo y colocarlo en sus piernas. Lo balancea levemente para así moderar los sollozos de su bebé.

—Ya, ya, ya, mi amor ¿Solo lo hago por tú bien si? —Deja un besito en la coronilla de su cabellera— ¿Hoy has decidido ser un bebito caprichoso? —Sonríe— ¿Como mi bebito caprichoso, no es así? —Pasa su dedo por las mojadas mejillas del pálido, limpiando así unas cuantas lágrimas.

—Quierop... —Pucherea apuntando el lápiz del suelo— Yo niño bueno...Podfis —Hace sus mágicos ojitos los cuales usa siempre cuando quiere algo.

—Vamos —Ríe levemente— Siempre usas esa mirada, sabes que no me puedo rehusar. Me matas de ternura, mi amor —Toca su pecho fingiendo llorar

—Papi... Podfis —Da pequeños saltitos y quejidos de molestia.

Listo. Era lo que faltaba para perder a Seokjin.
No le podía negar nada a su bebé mimado y caprichoso.

︶︶ིྀ︶︶

Seokjin opta por sacar un rato a su pequeño, le compro un helado, lo llevo a un parque de juegos, lo llevo a comer (Una cajita infantil por petición del pálido).
Seokjin no se podía quejar, le encantaba que ese pequeño se comportará como un bebé. Se moría de ternura y amaba eso.
Y no me malinterpreten, el no lo miraba como algo más allá de la ternura.
En verdad se sentía bien al complacer sus pequeñas locuras y berrinches.

Pero ahora, cuando fueron al supermercado para comprar un nuevo repuesto de pañales para el menor, el mayor no pudo evitar comprarse un chupon y una mordedera para bebés. Estaba completamente seguro de que la ocuparía un poco más tarde, conociendo a su bebito.

Al llegar a casa, cambió rápidamente el pañal del menor para que este pueda seguir jugando con el carrito de juguete que le regalo Jimin.
El aprovecharía el tiempo para desinfectar las cositas que compro.

—Papi.. —Escucha un susurro en su espalda, no tarda ni un segundo para que toda su atención esté en su bebé— Jugad conmigo...podfis —Levanta sus manitas para arriba, quería que lo cargarán.

—hay, mi amor, pero claro que si! —Lo toma en brazos— Papi jugará contigo y luego comeremos ¿te parece, mi chiquito? —Besa su mejilla recibiendo una risita y un asentimiento de este.

Entre risas y pequeños gritos paso parte de su tarde. A seokjin le encantaba hacerle cosquillas al menor, le encantaba su risa, tan tierna como el.

—Okey, bebito —Lo toma en brazos para llevarlo hasta la sala de estar— Ahora papi debe ir a cocinar, por lo que no podré estar aquí contigo. Así que —Lo deja en el sillón— ¿Te parece si te quedas viendo caricaturas un corto tiempo? —El pequeño no tarda en asentir emocionado— Pero, sin meter nada a tú boquita, de acuerdo?

Confiaría en su pequeño, pero igualmente tenía preparada la mordedera y su nuevo chupon por si acaso. Lo conocía perfectamente, era un pequeño travieso.

Pasaron 10 minuto. Seokjin camina cuidadosamente hasta la sala de estar, sin hacer tanto ruido y asustar al menor.
Sigilosamente lo mira y sonríe, el pequeño tenía el control del televisor en su boquita, el nunca se equivoca con su bebé.

—Bebé —Lo llama tocando sus cabellos. Este no tarda en dar un pequeño saltito, sacar el dichoso control de su boca y esconderlo. El mayor no puede evitar reír con su tierna conducta— ¿Que me estas escondiendo, Mmm?

—papi.. —Niega con su dedito— Nada! —Pucherea

— ¿Seguro? creí haber visto a mi bebé con algo en su boquita —Ríe y se cruza de brazos

El pequeño asiente con su cabeza— Segudop..!

—Bien, entonces ¿te parece si me esperas aquí, corazón? tengo algo para ti —Deja un beso en sus cabellos

—Sipi —Seokjin se incorpora y se adelanta a la cocina.

Toma el mordedero ya limpio junto con el chupon y suspira, no sabía que reacción tomaría, pero era ahora o nunca; solamente espera que no sea una negativa, ahora sus nervios estaban a mil.

A pasos lentos se encamina al sillón escondiendo el chupon y el mordedero tras el.

—Bien, mi amor. Papi esta aquí —Se sienta al lado del pálido sin dejar de ocultar las cosas— Escucha, a decir verdad estoy muy nervioso ya que no se cual será tu reacción. Pero quiero que sepas que si te desagrada o te incómoda, puedes decirme, okey? yo entenderé —Toca los cabellos de su bebé. Este asiente con una sonrisa leve.

Lentamente saca el chupon y el mordedero que se encontraban tras el. Desvía la mirada para colocarlos frente al pálido esperando que esté los agarré o diga algo negativo por eso.

Aunque, fue al contrario. Recibió un chillido muy tierno junto a saltitos de emoción por parte del pálido, no se esperaba esta reacción, pero estaba bastante contento.

— Me gudtan muchito, papi! —Los toma con sus manitas sin dejar de sonreír— Tienen mid coloded favoditod! —Los muestra a Seokjin con una sonrisa de gomitas. Estos eran de un color rosa pastel junto con amarillo, talvez conocía bastante a su niño.

—¿De verdad, mi amor? ¡Pues eso me llena de mucha alegría! —Toma sus mejillas entre sus manos para dejar un besito en su nariz.

—¿Papi, como me midop? —Coloca el chupon en su boquita y sonríe.

—Extremadamente precioso, mi niño —Seokjin jura morir de ternura con el bebé, pero no era cualquier bebé, era su bebé.

-YoonieX

𝖦𝖺𝗍𝗂𝗍𝗈 𝖾𝗇 𝗅𝗂𝗍𝗍𝗅𝖾 𝗌𝗉𝖺𝖼𝖾Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum