Capítulo 10.

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"Rebelde"

— ¡Muchas gracias gente! — Gritó por el micrófono recibiendo aplausos y gritos del público eufórico más que satisfechos con la presentación de esa noche.

Las luces se volvieron más tenues dejándolos casi a oscuras. Saúl se quitó la guitarra y la dejó de lado bajando del escenario para refrescar su garganta, enseguida un conocido le dio un vaso que no supo que era hasta que lo probó; cerveza.
Alejandro se fue en dirección contraria guardando de inmediato su equipo y como nadie lo detuvo para preguntarle si se le ofrecía algo, lo llevó a su camioneta.
El último de Las Insólitas se apresuró a desmontar su batería para poder disfrutar de lo restante de la tocada, beber algo y conocer a más personas.

La fama les estaba pegando siendo cada vez más reconocidos por algunos lados de la ciudad, además de su forma de tocar, era por qué eran muy carismáticos, guapos y jóvenes dispuestos a la diversión.
Apenas estaban empezando y creían firmemente en qué iban por buen camino, seguramente en algunos meses podrían abrir para alguna banda más grande o algo aún mejor, que una disquera quiera grabar un álbum con ellos, eso sería lo máximo para el trío así empezarían de forma oficial con su carrera musical.

Entre la multitud, minutos después Marcovich volvió buscando a sus dos compañeros, no se molestó en ayudar a Alfonso aun viéndolo sobre el escenario. El que le importaba era Saúl ya que era el más sociable de los tres, a lo lejos lo vio sentado en una mesa platicando con otros cuatro muchachos.

— Me da gusto que tengan más canciones originales ¿Las compusiste tú? —

— Sí, tenemos otros borradores que esperemos y salgan pronto. —

— Eres muy bien compositor. —

— Gracias. — Le sonrió y después divisó a Ale en medio del foro, ahí parado. — ¡Eh, Alejandro! — Lo llamó para que se acercara al relajo.
Marcovich caminó hacia él.

— Hola. — Saludó a todos.

— ¿Qué onda? Siéntate ¿Quieres beber algo, te pido algo? — Dijo uno.

— Una Corona. —

— Va que va ¿Tú Saúl? —

— También tráeme una. —

El muchacho se fue y Ale tomó asiento a un lado de su compañero, pasando su brazo por el respaldo de cuero sintético rojo. La plática siguió activamente preguntando más por la formación de la banda y planes a futuro.
Ellos solo daban ideas muy generales, también preguntaba sobre sus vidas personales para conocerlos un poco mejor y tal vez llegar a ser muy amigos. Cómo de costumbre, Saúl dijo algunas cositas poco más personales y Ale se solo se limitó a decir lo mínimo, que prefería mantenerse reservado y ajeno, algo notaba en esos tipos que los veía sospechosos.

Volvió el chico con unas cuatro botellas, dos en cada mano poniéndolas sobre la mesa. Ale bebió y permaneció en silencio casi todo el rato que estuvieron ahí, evidentemente le prestaron más atención a Saúl que hablaba y hablaba sin poder callarse.
Más tarde vino Alfonso robándole la botella al guitarrista.

— Ya terminé. —

— Ah sí, bueno, vamos. — Se levantó y ambos se marcharon para ir afuera y guardar su batería en la camioneta.

— Como que Alejandro no habla mucho. — Dijo otro de los cuatro siguiéndolo con la mirada hasta que salieron del foro.

— No... Es que a veces no le gusta. —

— Se ve medio mamón. —

— Un poco. —

— Alfonso también, menos que Alejandro, pero se nota. — Dijo despectivamente.

Sabor a mí | Saúl x AlejandroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora