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Condenada muerta contemplaba mi trabajo. La hoja retorcida por las lagrimas y partes borrosas. Había llegado el papá de Ricardo y estaba con él afuera en una jardinera mientras este le contaba todo. Era un hombre bastante alto, de una complexión grande y sí, ¡muy intimidante! Sus ojos estaban rodeados por unos oscuros círculos los cuales acentuaban su mirada de horror. La verdad no se quien se podría atrever a mantenerle la mirada. Este gritaba furioso hacia Ricardo mientras yo le estremecía.

—Perdone la tardanza, no podía salir del trabajo antes...— su voz me calmo al instante. Sus ojos buscaron los míos y me rompí en llanto. —Guarda tus cosas Jael... — ordenó mi papá. — iré a hablar con la maestra...

Mi papá se dirigió a la jardinera mientras yo guardaba todo. La verdad no quería acercarme estaba demasiado asustada. Levantaba la mirada de vez en cuando y solo lo veía allí. Si estatura media hacía que viera al papá de Ricardo hacia arriba. Sin embargo a él no le aterraba esa mirada. Simplemente lo escuchaba con sus brazos cruzados sobre su pecho. Termine y me acerqué quedándome en el marco de la puerta.

—¡Es que esto no es Justo!— grito de repente el padre de Ricardo — ella lo agredio...

—Eso está más que claro Sr. López, y yo me encargaré de darle una lección a Jael. Pero Ricardo debe disculparse con ella...

—¿¡Que acaso no hay quien eduque a esa niña en casa!?— grito por último.

—Hace unos días Jael llegó de la escuela. Estaba muy callada... entonces se quedó dormida... y noté que sus lentes estaban algo "extraños". Cuando revise pues resulta que estaban chuecos y uno de los cristales estaba dañado. Por si usted no sabe eso impide la correcta visibilidad, cosa que se arregla reemplazando todo el armazón y los cristales. Supe en ese momento que ella no me lo iba a contar pero creo que puedo entender como sucedió...

—Ocurrió durante la pelea cuando Ricardo se los arrebató y apretó en su mano, fue entonces cuando Jael reaccionó...— agregó la maestra...— Jael es de las mejores alumnas. Dudo que mienta... pero si usted duda podemos ir a Dirección y pedí los videos de seguridad, aunque si esto sale cierto...

—¿Como que si sale cierto?— agregó el papá de Ricardo.

—Jael recibirá una suspensión de un día pero usted como padre de familia y tutor, tendrá que pagar la reparación de los lentes de Jael...

Después de ver todas las posibilidades el Sr. López aceptó que Ricardo había sido el culpable y decidió no exigir más. Mi padre al final dijo que no era necesario pagar por mis lentes ya que de todos modos los cambio cada año por el tema de la graduación de estos.

Mi papá termino de hablar con la maestra la cual afirmaba que yo no merecía ningún castigo extra. Ya que ella se había percatado que Ricardo gozaba en molestarme entonces era lógico que en un punto yo iba a explotar. Ella me haría recoger las basuras del salón por una semana y era suficiente. Al ir el en auto con mi papá el me observaba por el retrovisor.

—Ya no estes triste— dijo de repente — se arregló todo. Solo no golpees más a la gente...

—¡Es que me los arrebató!— dije entre sollozos — no veía nada y me asusté además los acabamos de comprar...

—Tranquila... ya hice cita con el oftalmólogo. Mañana iremos...— después de eso me regalo una sonrisa y siguió en el camino.

***
Pasaron dos días y Ricardo no se presentó. Al parecer eso había asustado a todos y por el momento había decidido ignorarme. Cosa que tome era normal y en parte lo agradecía. Aunque al regresar de entregar los trabajos no podía evitar escuchar los susurros de todos.

"Viste como se cree por ser la favorita de maestra" "Odios que se crea solo por ser cerebrito" "Es una falsa". Esos comentarios me dolían demasiado nada de eso era cierto. A mi solo me gustaba estudiar y entregar lo que me pedían.

Al día siguiente al entrar vi a Ricardo entrar al salón y las piernas me temblaban. Lo vi hablando con la maestra peor decidí ignorar e ir a mi asiento. Después de eso salimos al recreo. Decidí quedarme dentro... era la única allí así que tenía paz.

De pronto lo vi entrar y buscarme con la mirada. Se quedó unos segundos viéndome. Se acercó a mi lentamente, mi mente estaba en blanco.

—Vengo a disculparme— dijo sentándose en la butaca de en frente. —¡ Aunque eso no quita que sea una tonta!

—¿Debo decir gracias?— repliqué molesta.

—Mi intención no era golpearte. En serio no entendía ese problema...

—¿Podrías haberme preguntado? En vez de querer robar mi cuaderno...

—¡Como si lo fueras a hacer!— respondió rodando los ojos.

—Si me lo pedías ¿porque diría que no?— levanto la mirada incrédulo. Allí noté que tenía los ojos de color café claro y unas pestañas gigantes... las cuales ocultaban una tremenda tristeza.

—Las cosas no se obtienen con solo pedirlas...— en eso se tocó el antebrazo y note un moretón gigante del tamaño de una manzana — la vida no es tan fácil como crees...

—¿Te pego tu papá?— pregunte aterrada — ¿Fue por lo de la camisa? ¿Por... porque la rompí?— una sensación horrible me recorrió de los pies a la cabeza. Provoque que su padre lo golpeara de nuevo.

—¡Que te importa cuatro ojos!— se levanto de golpe lo cual para ser sincera me asustó — si te pregunta diles que ya me disculpe...

—Ricardo...— intente decir

—Solo no te me acerques más...

Y simplemente salió del salón.

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⏰ Última actualización: May 10, 2022 ⏰

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