Bitácora 2

1.6K 24 0
                                    

Al día siguiente me desperté temprano para ir a las oficinas y finalmente saber de que se trataba el trabajo, pues en la entrevista no me explicaron nada y por una extraña razón no se me ocurrió preguntar. Aunque no es tan extraño, pues aquella Reunión fue muy interesante. 

Al llegar nuevamente a las oficinas, todos eran muy amables conmigo. El lugar estaba lleno de chicas hermosas que caminaban de un lado a otro y por alguna razón no podía dejar de sentir que no pertenecía a aquel lugar hasta que llegó Gabriel. 

Abriendo los brazos se acercó a mi y me dio la bien venida con un abrazo. 

- Tu trabajo aquí va a ser netamente como mi asistente. - Gabriel caminaba para que lo siguiera mientras me mostraba las oficinas. 

Las chicas pasaban de un lado a otro y me costaba prestar atención. 

-Tranquilo, a todos les pasa lo mismo.  

Después de terminar de mostrarme las oficinas me miró fijamente a los ojos y me preguntó.

- ¿Quieres comer? - Gabriel miraba el Reloj

- Aun no es hora pero ya tengo hambre. 

Cuando Gabriel caminaba dejaba un aroma agradable, el cual me hacía sentir en paz y tranquilo.

Yo asentí con la cabeza y Gabriel continuó caminando hacia el ascensor para ir a su coche. durante el trayecto Gabriel no dejaba de decirme lo bien que me veía y lo feliz que estaba por contratarme. No niego que su presencia nunca resultaba incomoda, cuando conversábamos yo podía sentirme libre de hablar de temas que yo quisiera.

Cuando llegamos al restaurante el lugar era muy agradable y un mesero muy amable nos llevó a una mesa de dos personas donde nos sentamos y continuamos hablando. Yo le comentaba que quería ser policía y Gabriel con expresiones de asombro me alentaba a hacerlo. 

Nos quedamos conversando por horas y el tiempo pasaba volando  mientras conversábamos de temas de interés, los mismos que Gabriel muy atento escuchaba lo que yo pensaba y me daba la razón con respuestas muy lógicas y convincentes.  

Llegamos a las oficinas y Gabriel me dio permiso para ir temprano a casa, nuevamente ofreciendo a llevarme, esta vez me negué pero ante tanta insistencia terminé aceptando. al llegar a casa Gabriel me se despidió normalmente  y se fue. 

Los días pasaron y todo era normal hasta que me di cuenta que Gabriel no me delegaba trabajos mas que cosas personales como ir a su casa, la cual era increíble  a traer documentos o ropa. Nada mas que eso, el resto del tiempo lo acompañaba a comer y me llevaba en su auto a sus reuniones. Era una situación difícil de controlar, pues todo el tiempo que pasaba con Gabriel era agradable y me estaba acostumbrando a su dulce personalidad. 

Cuando iba a la policía a actualizar mi investigación era difícil tratar con las personas de mi al rededor, pues en pocos días me había acostumbrado a la personalidad de Gabriel y nadie llegaba a su nivel. Era como si hubiera ganado la lotería y regresara a mi antigua vida de pobre por un momento. 

Por otro lado mi vida siempre había sido de un perfil muy bajo, y justamente me hice policía para poder ser reconocido ante la sociedad. La gente no sabía reconocer mis esfuerzos y trabajos pero Gabriel mi estaba abriendo los ojos ante todo lo que me perdí por aceptar aquella situación de vida. 

Los días pasaba y Gabriel cada vez era mas amable conmigo hasta que el día llegó. Cuando Gabriel fue a dejarme en casa antes de bajarme el agarró mis manos y me miró a los ojos. Su presencia aun era intimidante. 

- Tu sabes que eres lo mejor que me ha pasado. 

Cuando Gabriel agarró mis manos no supe que hacer, pues el era mi jefe y su actitud conmigo siempre ha sido la mejor y no podía soltarlo pues sentía que lo estaría faltando el respeto. De repente su boca tocó la mía, honestamente fue una sensación cálida pero ahí todo tuvo sentido. 

Obviamente mi reacción fue instantánea al sentir los labios de Gabriel rosando los míos pero apenas me alejé el agradable rostro de Gabriel cambió a uno mas serio, pues yo me seguía alejando hasta bajarme del vehículo. 

- Te vas a arrepentir - Gabriel apretó el pedal de su automóvil y se fue. 

Todo tenía sentido, Gabriel seducía chicos para llegar a un objetivo, aquí el punto era, a donde quería llegar. No niego que aquel cambio de actitud me impactó fuertemente, pues me sentía muy cómodo con su presencia. 

Admito que tengo miedo, pues todo aquella actitud a la cual me acostumbré tenia un objetivo y no sé lo que vaya a pasar los próximos días. 

El siguiente día fuí como todos los días y noté que Gabriel estaba con su natural sonrisa, algo que me alivió un poco hasta que se dirigió a mi con una actitud diferente. su indiferencia era muy notoria, algo que hacía que comience a valorar la poca atención que me brindaba. 

De igual manera, se fue a comer con una de las chicas y a mi me dejó en oficina haciendo papeleo. La verdad no me afectaba tanto como pensé pero el tiempo fue quien definió todo. En un lapso de 3 días mi estabilidad emocional no estaba bien, era como si mendigara la atención de Gabriel quien al parecer ahora disfrutaba y prestaba mucha mas atención a las chicas. 

Pese a que su atracción era claramente hacia los chicos, eso era algo confuso ya que se podía sentir atracción con las chicas. Como hoy cuando Gabriel besó a una de esas p***, no es algo que deba afectarme pero no entiendo que que es lo que ellas hacen para llamar la atención de Gabriel. 



Los Ángeles de GabrielWhere stories live. Discover now