Bitácora 4

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Gabriel me besaba apasionadamente mientras me retiraba el vestido, yo sabía que debía pararlo pero estaba en sus manos, Me había enamorado de el de una manera obsesionada y si me negaba iba a obtener aquella misma sensación que me destruía por dentro.

Gabriel acariciaba suavemente mi cuerpo y yo solo disfrutaba tenerlo tan cerca, sus manos provocaban que mi cuerpo comience a arder por dentro, especialmente cuando acariciaba mi pecho. De repente su lengua entró por mi boca, si mal no recuerdo juraría que tocó mi garganta. Yo solo me dejaba llevar por la magia de Gabriel pues me hacía sentir la persona mas importante del mundo.

En el fondo deseaba ser la mujer que satisfaría sus deseos pero cuando sus manos agarraron mi miembro, un golpe de realidad llegó a mi pues era un hombre y me había dejado seducir por Gabriel. Aunque la razón me decía que lo detenga mis deseos solo dejaban que sus manos acaricien mi miembro. No niego que aquel momento fue extremadamente placentero, pues aparte de sentir aquel extraño placer, nunca nadie me había hecho sentir tan deseado como Gabriel.

de repente Gabriel de una manera agresiva me dio la vuelta poniendo mi trasero frente a el. Yo estaba muy asustado y confundido pero mas que todo la curiosidad ante aquella situación dominaba todo. De repente su miembro comenzó a rozar mi trasero, por un momento me sentí completamente humillado y yo como policía no podía controlar el momento. De repente Su miembro comenzó a presionar muy cerca de mi ano pero todo se detuvo una llamada entró en su celular.

- Es una emergencia chiquita

- Ya regreso. - Gabriel se subió el pantalón y se fue rápidamente.

Mi nivel de excitación era tan alto que apenas se fue, me masturbé mientras acariciaba mi cuerpo. Yo dejaba salir gemidos mientras mi cuerpo se estremecía una y otra vez hasta que dejé salir todo con un fuerte gemido que me llamó la atención pues al mirar al espejo que se encontraba frente a mí vi a una chica ruborizada con fluidos en sus pechos agarrando un miembro masculino. Pasaron 10 minutos cuando tomé el control de la situación comencé a asimilar lo sucedido pues aunque aquí lo describo casi obvio, en aquel momento no me di cuenta y tardé mucho tiempo en asimilar que aquella chica era yo.

Lentamente me levanté y miré mi cuerpo de pies a cabeza. Mi cintura era pequeña y mis caderas daban una delicada silueta femenina que resaltaban unos pechos pequeños pero formados. Agarré mi cabello y al parecer la peluca se había fusionado con mi cuerpo, podía sentir el cabello y mis labios carnosos resaltaban un angelical rostro que enamoraría a cualquier chico pero mi pene no se había ido.

No sabía como sentirme, pues ya no era el mismo de antes y se me era imposible decir que me convertí en una chica porque mi miembro seguía ahí.

- No puedo ir así a la policía - Me expresé con una voz femenina

- Debo buscar a Gabriel para que arregle esto.

- Creo que el me tiene en sus manos y no puedo hacer nada al respecto.

Me acosté en la cama mirando al techo intentando encontrar sentido a todo esto pero al parecer el cansancio era mas fuerte y me quedé dormido, al despertar noté que algo no estaba bien. Una de las chicas de la oficina me estaba realizando sexo oral, pese a que todo esto era extraño mis deseos carnales se estaban descontrolando y solo me limitaba a mirar a aquella hermosa mujer.

Cuando la chica notó que desperté inmediatamente se acercó a mi y me besó apasionadamente mientras agarraba uno de mis pechos y al poco tiempo agarró mi miembro haciendo que la penetre.

Sus pechos rosaban los míos mientras las dos dejábamos salir gemidos y nos acariciábamos apasionadamente nuestro ritmo subía a paso acelerado hasta que aquella chica dejó llevarse por un intenso orgasmo que provocó que yo deje salir mis fluidos.

Los Ángeles de GabrielWhere stories live. Discover now