𝐌𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 𝐎𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭 : ˡⁱᵗᶜᵏᵒ : FINALIZADA ✅✅

𝐌𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 𝐎𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭 : 𝐏𝐚𝐫𝐭 𝐈𝐈𝐈

꧁꧂

— Mauro, Mauro, despierta, despierta. — Paulo llamaba insistentemente a su hermano, quien se había quedado dormido cerca del huerto.

— ¿Mmm? — Mauro se quejó débilmente, mientras abría de a poco los ojos. — ¿Paulo? — Pregunto confundido al ver al mayor, quien solo niega divertido.

— Si, soy yo. — El rubio responde riendo. — Pero decime, ¿Tanto sueño tenías para dormite aquí afuera? — Cuestiona, a lo que el ojiverde solo abre y cierra la boca con sorpresa.

— Ese hijo de puta. — Mauro gruñe entre dientes, haciendo que Paulo se sienta confundido por sus palabras.

— ¿Quien? ¿Acaso soñaste con Ivo o el vino hacerte algo?

— No, no, solo que... — Mauro murmuró ante la pregunta del otro, no sabiendo como debería de tratar el asunto de que había un puto Dios viviendo en el bosque. — Solo tuve un sueño raro de nuevo. — Indica, a lo que Paulo solo asiente.

— Entiendo, entiendo, ¿Y qué soñaste hoy? — Paulo pregunta interesado por el sueño de su hermano, quien solo se queda callado.

— Se podría decir que soñé lo mismo de antes. — Monzón confiesa sin dar mucha información al respecto. — Nada en especial, solo cosas extrañas. — Asegura, obteniendo un leve asentimiento por parte de Londra, quien se levanta de dónde estaba.

— Bueno, ¿Entonces qué te parece preparar unos bizcochos de chocolate conmigo? — El rubio consulta con un brillito en sus ojos. — Que tengo un gran antojo de comer algo dulce. — Indica, a lo que Mauro solo acepta levemente, mientras ve disimuladamente hacia el campo que lleva al bosque.

Dando un leve suspiro por lo que había pasado, pero al menos sabía que lo que vio era más real que el aire que respiraba.

Ahora solo tenía que pensar en alguna alternativa para que aquel no lo durmiera cada vez que lo fuera a ver, o que fuera menos esquivo con el.

Y tratándose de un Dios como tal, tenía que hacer un gran esfuerzo para que algo como eso sucediera.

꧁꧂

— ¿Señor Dios?, ¿Hola?, ¿Está por ahí? — Mauro llama insistentemente a aquel ser extraordinario. Habiendo decidido intentar otra vez acercarse a aquel el día siguiente, llevando consigo un pedazo del bizcocho que había preparado con su hermano.

Pensando que podría acercarse a aquel con una pequeña ofrenda.

— Le traje algo para que coma. — Habla, deteniéndose en el mismo lugar de siempre. Mirando hacia las copas de los árboles, prestando atención a cualquier cosa que pudiera decirle dónde estaba aquel.

_ ¿Por qué estás aquí de nuevo? _ El Dios cuestiona desde lo alto, mirando al ojiverde a través de las hojas de los árboles. _ ¿Qué es lo que te trae de manera insistente a este lugar? ¿Acaso quieres que te mate? _ Preguntan con intriga.

— No, no, nada de eso. — Mauro responde de inmediato, sintiéndose un poco nervioso por lo último que había escuchado. — Solo quería darle algo en manera de agradecimiento, y todo por llevarme a casa cuando me dejó inconsciente. — Dice, aunque aún se sienta un poco molesto con aquel por dejarlo fuera de juego.

_ Yo solo me alimentó del rocío de la mañana, el cual mi padre hace exclusivamente para mí. Así que llévate esa cosa sucia que traes contigo y no vuelvas más. _ Le responden duramente a Mauro, quien suspira cansado.

— Vamos, por favor, al menos intente probarlo. — Mauro pide, pero el otro sigue sin darle la cara o decirle que sí a lo que dice. — ¿O qué pasa? ¿Acaso tiene miedo de que le guste? — Pregunta, escuchando claramente como las hojas de los árboles se agitaban por un repentino viento.