future husband ︎ʚɞ taekook

02

Tacones altos sonando por todo el pasillo, una corta falda moldeando perfectamente la pequeña, estrecha y formada cintura, su pecho apretándose al coqueto top atado a su parte superior, un bonito rubor en sus rellenas mejillas, y en sus labios el color de un brillante carmín.

Los ondulados cabellos azabache cayendo con gracia en su frente y tras sus orejas, mismas adornadas con costosos y brillantes pendientes.

Pronto, una aperlada sonrisa brilló en su rostro, y una chispa de ilusión destelló en sus grandes y bonitos ojos.

Taehyung, por su lado, bufó, divisado la figura de Jungkook caminar con decisión hacia él, ignorando por completo las miradas juzgonas o morbosas que caían en él.

Kim sencillamente lo ignoró también, siguiendo con su acción de meter libro tras libro en su —ya pesada— mochila.

—TaeTae~, ¡amorcito! —Koo chilló agudamente, haciendo al mayor formar una mueca irritada.

Dejó aquello pasar, dando un pequeño brinco, hasta envolver con sus cortos brazos el cuello del castaño, mismo que dejó caer su mochila ante la acción, recibiendo el gesto de cariño con neutralidad.

Jungkook en cambio, se sentía tan feliz, sintiendo el aroma de Taehyung abrazarlo por completo, y relajarlo ante lo solo que se sentía.

Kim dudó, pero al pasar los minutos y no ser soltado por el menor, rodeó lentamente y con un poco de incomodidad la cintura desnuda del azabache, sintiéndolo vibrar de los nervios, con un pequeño jadeo de sorpresa escapando de su boca rojiza.

Taehyung de inmediato rodó los ojos, alejando con sutileza el otro cuerpo del suyo.

Jungkook se sintió un poco triste con la acción, olvidando pronto aquello al ver los ojos chocolate mirarle de reojo.

—Te extrañé todo el fin de semana, ¿dónde estuviste? te estuve esperando en el café y... no llegaste. —susurró suavemente el pequeño azabache, con una pequeña punzada de dolor en su pecho.

Kim no respondió en el momento, centrándose en recoger las cosas que segundos antes terminaron en el suelo, regañándose mentalmente cuando su mirada cayó brevemente en las lechosas y desnudas piernas de Koo.

Se reincorporó, mirando con un gesto entre serio e irritado al bonito chico de tez blanca.

—Ya te había dicho que no iría, no fue culpa mía. —respondió secamente, viendo la sonrisa de Jungkook decaer un poco ante sus palabras.

—T-Tienes razón, fue mi culpa. —concordó Jeon, no queriendo llevarle la contraria, echándose todo el peso. —¿podríamos salir otro día? a donde tú quieras, yo invito, Tae. —sonrió de nuevo, jugando con los anillos de sus dedos.

Kim suspiró, dándose la vuelta al lado contrario, buscando llegar a su salón, y no tener que aguantar más tiempo del que quería a Jungkook.

El menor rápidamente actuó, alcanzándolo hasta tomarlo del ante brazo, enganchando allí el propio.

Sonrió a Kim una vez más, quien por pura cortesía, no se safó del agarre.

Koo mordió fuertemente su labio inferior, bajando la mirada para ver su propio cuerpo, sintiendo inmensas ganas de llorar.

Le gustaba que lo notaran, claro que le gustaba, pero no de esa manera. Había tomando el valor suficiente para vestir unas tallas menos, mismas que lograron resaltar su figura tanto como quería, con la intención de que Taehyung lo mirara.

Que lo mirara de una manera distinta a ser frío y decir con sus ojos la pequeña carga de repulsión que sentía cada que lo veía.

No lo había logrado, de nuevo, y eso lo hizo querer ser tragado por la tierra, odiando las feas miradas sobre su casi desnuda anatomía.

Pronto sintió el calor del cuerpo de Taehyung alejarse, dándose cuenta de que estaba ya en su correspondiente aula.

Kim hizo el amago de alejarse, mismo que Koo evitó, tomándolo de nuevo del brazo, poniéndose de puntillas —a pesar de los altos tacones— para besar con cariño una de las hinchadas mejillas del mayor, dejando la marca de lápiz labial marcado.

Un beso en la mejilla, uno solo que le dio un deja vu tan fuerte que por poco y juró llorar.

—Nos vemos en la salida, Taehyungie. —Jeon sonrió, viendo a Kim frotar su mejilla con el afán de eliminar la mancha, haciendo el corazón del azabache encogerse.

Sin embargo, sonrió una última vez, antes de prácticamente correr hacia su respectivo casillero, sacando de allí una sudadera, misma que ató a su cintura, queriendo cubrir al menos un poco.

Sacó del mismo lugar un pequeño espejo, corroborando que su maquillaje estuviera bien, frunciendo su entrecejo.

"Soy tan hermoso, no entiendo por qué parezco no gustarle."

'Porque no le gustas', respondió su subconsciente, haciéndole rodar los ojos.

Guardó el objeto, suspirando bruscamente, dispuesto a cumplir la promesa que él mismo se hizo alguna vez, hace diez años y un poquito más.

Taehyung sería suyo, iba a amarlo.