CAPÌTULO 30 INVERSIONES Y VENTAS

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El edificio costó $50,000.00 dólares, arreglarlo nos costará $25,000.00, más la compra de la maquinaria e implementos de mobiliario para el personal serán otros 25,000.00, entre Christian y yo teníamos reunidos $50,000.00 dólares, con ello se compró el edificio y nuestros padres nos apoyaran invirtiendo con los otros $25,000.00. 

Por ende, las ganancias se dividirán en cuentas por separado y porcentaje según los contadores de nuestros padres.

Así se venda desde el comienzo una prenda, esta se dividirá en dos partes un 25% para mi cuenta personal y el otro 25% para la cuenta personal de Christian, el otro 50% también se dividirá en porcentajes, pago de: inversión, luz, agua, impuestos, insumos, pago nómina para el contador y el personal que más adelante se contrate, para las diversas áreas que se tienen contempladas, ya que nuestros diseños serán bajo pedido y muestreo.

Es difícil manejar una empresa, pero no imposible, nos informan que en seis meses nos entregan el edificio en buenas condiciones, además que los permisos de salubridad, seguridad y protección civil tienen que estar actualizadas y supervisadas.

Mientras tanto, tenía que regresar a Nueva York para mi graduación, mi regalo fue un vestido y zapatillas hechas por Christian, obvio supervisado por mis padres.

Mi madre me pidió que me midiera el vestido que me diò Christian, por si tenía que hacerle algún ajuste, pero no creería que lo tuviera que hacer, si mi madre supervisó a Christian, sabía que no había error, mi madre tiene mis medidas exactas, es un vestido sencillo de tirantes color rosa, al igual que las zapatillas con incrustaciones de brillantitos, a mi amigo le agrada que muestre mi cuerpo, se agradece el detalle, este también entrará al inventario de nuestros primeros modelos, los patrones los tiene Christian, tanto del vestido como de las zapatillas, en todo pensó, lo voy atesorar como él no se imagina.

Mi madre me pidió que me midiera el vestido que me diò Christian, por si tenía que hacerle algún ajuste, pero no creería que lo tuviera que hacer, si mi madre supervisó a Christian, sabía que no había error, mi madre tiene mis medidas exactas, es ...

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Antes de venirme de Nueva York, me traje casi toda mi ropa, libros y zapatos, solo dejé en los dormitorios de la Universidad unos Jeans, mis vans azules, una gorra de los marines, un par de calzetas y mis implementos de belleza, ya que después de mis quince años, compré cosméticos, además tenía mi sampoo, secadora de cabello y lo que iba a ocupar para arreglarme el día de mi graduación, mientras tanto en el campus de la Universidad, nos tocó a varios compañeros arreglar el gran salón donde será el evento de la fiesta, porque la entrega de documentos será en el auditorio de la facultad.

Llegue un día antes de la graduación, las chicas que estudiaron Salud y Belleza se encargarán de arreglarnos el maquillaje y peinados, pediré que me recojan mi cabello pero que me dejen mi flequillo, ya que al sacar las zapatillas, había una cajita con un par de aretes de plata, incrustaciones de brillantes en forma de gota de agua, además dos pulseras de plata, no había ningún collar para lucir mi cuello, si el quería verme solo con esos accesorios, le daría el gusto.

Llamé a mi madre que me trajera un abrigo para taparme, en Nueva York en esta temporada hace frio, no tenía nada formal en mi poco vestuario en la facultad.

El día esperado llegó, mis amigos y familiares estaban aquí, disfrutando de otro logro en mi vida, bailé con todos mis amigos, creo que las pocas clases que tuvieron en las escuelas para las fiestas del día de la madre y el padre, más las de mis quince años, les sirvió para que sus cuerpos reaccionaran a otros bailes.

Me encanta el ambiente a mí alrededor con todos ellos, por ende, Christian y mi primo estuvieron bailando más tiempo conmigo, la mayoría llevaba pareja, solo Christian, mi primo y yo no teníamos. 

Al día siguiente me fui temprano a los dormitorios de la Facultad, empaqué todo lo que tenía, ya que deberíamos dejar limpio el lugar que nos albergó por tres largos años.

Como locas mis compañeras y yo, gritamos a dios a esa bella Universidad en el balcón que teníamos para colgar nuestras prendas lavadas, voy extrañar la convivencia con ellas, salir apresurada a las aulas, al comedor y biblioteca, el ciber que estaba siempre saturado y tomabas turno, esto fue una vida plena para mí.

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