||𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐎𝐋𝐈𝐌𝐏𝐎|| «𝐉𝐮𝐧𝐠 𝐇𝐨𝐬𝐞𝐨𝐤» [+𝟏𝟖]

«𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐗»

La pelinegra se quedó observando como su esposo sonreía observando su rostro, ella no sabía qué hacer y entonces el la jalo hacia su cuerpo para besar sus labios.

Demonios como extrañe esos labios ¿Por qué me vez así? Te extrañe como un loco _ la pega a su pecho posesivo, nada mejor que la recompensa de amarla aunque solo fuera en esta vida y entonces escucho a su amiga en su mente «𝐇𝐎𝐋𝐀 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎, 𝐇𝐀𝐙 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐃𝐎 𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐔𝐄𝐁𝐀 𝐃𝐄 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎, 𝐔𝐍 𝐃𝐈𝐎𝐒 𝐍𝐔𝐍𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐉𝐀 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐑 𝐔𝐍 𝐃𝐈𝐎𝐒, 𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐄𝐒 𝐎𝐅𝐈𝐂𝐈𝐀𝐋𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐋𝐀 𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐃𝐈𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐉𝐔𝐑𝐈𝐀» se queda observado como aparecen los anillos en sus dedos «𝐍𝐨 𝐞𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐀𝐟𝐫𝐨𝐝𝐢𝐭𝐚.... Uɴ ᴅɪᴏs ɴᴜɴᴄᴀ ᴅᴇᴊᴀ ᴅᴇ sᴇʀ ᴜɴ ᴅɪᴏs ᴘᴇʀᴏ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴇ ᴅᴇᴍᴜᴇsᴛʀᴀɴ ᴀʟ ᴏʟɪᴍᴘᴏ ǫᴜᴇ ɴᴏ ᴇsᴛᴀɴ ᴅɪsᴘᴜᴇsᴛᴏ ᴀ sᴀᴄʀɪғɪᴄᴀʀsᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴇ ᴀᴍᴏʀ ǫᴜᴇ ᴅɪᴄᴇɴ sᴇɴᴛɪʀ ᴇʟ ᴏʟɪᴍᴘᴏ ʟᴏs ᴄᴀsᴛɪɢᴀ... Aʜᴏʀᴀ ᴇʟʟᴀ ᴇs ʟᴀ ᴅɪᴏsᴀ ᴅᴇ ʟᴀ ʟᴜᴊᴜʀɪᴀ ᴇsᴛᴀʀᴀɴ ᴊᴜɴᴛᴏs ᴘᴏʀ ᴛᴏᴅᴀ ʟᴀ ᴇᴛᴇʀɴɪᴅᴀᴅ»

Ambos se miraban sorprendidos pues ella también estaba escuchando lo que Afrodita decía su fe en que el volvería nunca se apartó de ella a pesar de las palabras de los idiotas de los periodistas.

_sonríe ladino atrayendo a su esposa a su cuerpo solo había querido hacer eso en todo el tiempo en que bajaba por aquella maldita escalera para ver a la única persona que había amado desde el inicio de los tiempos _ Dios en serio lo necesito urgente

DÍAS DESPUÉS

El pelinegro se encontraba recostado de las piernas de su esposa acariciando su vientre era algo que el disfrutada a más no poder un dios que tendría un hijo, un hijo fruto de su amor terrenal, quien lo diría su corazón perteneció a la misma mujer por siglo hasta que por fin pudo estar con ella otra vez.

Las cosas estaban calmadas según la situación, muy calmadas pensó el quizás solo estaba siendo paranoico con todo lo que había vivido no era para menos, su amiga no le había dicho ni prevenido nada así que quizás solo estaba alucinando.

Los días pasaron con regularidad y rutina, su empresa cada día era más prospera al igual que su relación con su hermosa esposa, una mortal que lo había hecho desafiar al olimpo por su amor por ella, su más grande tesoro.

[...]

El día del parto de su esposa casi le da un infarto de la emoción, estar en aquella sala de parto siendo el apoyo de su esposa mientras ella casi le fracturaba la mano fue un sentimiento nuevo para él. Escuchar el primer llanto de su hijo lo hizo sentirse un hombre completo.