Capítulo 2

40 7 0
                                    

En días de exámenes se hacía aún más  pesado levantarse temprano

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


En días de exámenes se hacía aún más  pesado levantarse temprano. Ese día no bajé a desayunar, sabía que tenía la opción de ir al comedor en el recreo de la mañana, entonces decidí dormir hasta tarde. Sergio entró de repente interrumpiéndome el sueño.

—Oye no hagas tanto ruido—dije entre dormido cubriéndome la cara con la sábana.

Me di la vuelta quedando de espaldas hacia él.

—¿No irás al devocional?— se acercó y me quitó la sábana bruscamente—.Vamos Dan, levántate.

—Iré al de la noche—respondí a regañadientes.

—¿Sabes qué?

—¿Qué?—dije quitándole la sábana para volver a cobijarme.

—Creo que traerán más chicos a la habitación.

—¿A nuestra habitación?—el sueño pareció esfumarse al instante y me levanté para quedar sentado—. No inventes.

—En la de al lado hay cinco personas, somos la única habitación con dos.

—Lo que faltaba.

Por la noche debía ir al devocional. Eran tres al día, pero podías escoger la opción que te diera disponibilidad. Como era un instituto cristiano esto también hacía parte de la nota. Entre otras reglas muy estrictas que debían seguirse. Nunca había ido al devocional de la noche, siempre asistía al del medio día cuando no podía ir en la mañana, aunque cada quien tenía su horario podíamos asistir a los tres si queríamos.

Caminé hacia el edificio de dirección donde estaba el salón de eventos justo en el piso de abajo. Cuando llegué solo había unos ocho alumnos y Fernando, el profesor de química, al que todos llamábamos Nandín.

Me dieron la bienvenida y nos sentamos en círculo. Un chico inició con una oración, y cuando hube cerrado los ojos, de inmediato me distrajo el ruido de una silla. Abrí los ojos y vi a Katrina uniéndose al círculo, me desconcertó su presencia y su mirada vacilante, entonces volví a cerrar los ojos. ¿Qué hacía aquí?, ahora yo me sentía perseguido. Cabía la posibilidad de que fuera su horario, pero recordé haberla visto anteriormente en el devocional del medio día. Quería irme en ese momento, pero sería aún más extraño que me vieran salir, además perdería la asistencia y luego bajarían mis notas, mis padres se enojarían y querrían cambiarme de instituto. Estaba sintiéndome incómodo, tenía a la chica frente a mí, y es probable que pensara que era yo quien la perseguía. Su mirada era de sospecha, mientras que yo trataba de concentrarme en la lectura.

—¿Qué piensas Dan?—dijo el profesor.

—¿De qué?—pregunté distraído.

Todos comenzaron a reírse de mí, a excepción de Katrina que mantenía una expresión fría. Yo me moría de la pena deseando tener una caja para meter la cabeza.

Sin garantíaWhere stories live. Discover now