Capítulo 8

25 7 0
                                    

Mi tío Gerardo me llevó a pescar la tarde del martes, no sacamos nada de peces, pero disfruté de la brisa del mar y el sol que me bronceó un poco

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mi tío Gerardo me llevó a pescar la tarde del martes, no sacamos nada de peces, pero disfruté de la brisa del mar y el sol que me bronceó un poco. Me divertía al máximo con él, siempre contando anécdotas de su juventud y testimonios de cómo Dios lo había ayudado a lo largo de su vida. También de sus aventuras con mi padre, me gustaba escucharlas de él porque nunca las conocería por parte de mi padre. Mi tío tenía un bote de motor viejo color verde musgo, casi de su edad, es el que usaba para pescar y para hacer mandados por la costa.

Siempre teníamos que subirlo por un pastizal para que la marea no lo arrastrara, era la parte menos agradable del paseo. Para peores ese día tuvimos que sacarlo ya oscureciendo y rodeados por una nube de mosquitos. En ese instante poco agradable, recibí una llamada, mientras mi tío amarraba su bote en un árbol.

—¿Sí?

—Hola Dan, soy Sergio.

—Hola, ¿qué pasa?

—Me preguntaba si podríamos ir al partido del viernes.

Me acordé que no le había comentado que no estaba en casa.

—¿Qué partido?

—El partido, ya sé que no te gustan los deportes ni nada, pero va ir Damaris, de seguro estará ahí porque su hermano está en el equipo.

—Oye, muy interesante—dije mientras luchaba por espantar a  los mosquitos que volaban a mi alrededor—no se va a poder.

—¿Por qué?, es mi oportunidad para invitarla a salir, me acercaré a su hermano y le diré que soy su gran admirador, aunque pierdan, le diré que estuvo excelente.

—No te ilusiones tanto, es que no estoy en mi casa.

—¿Qué?, ¿estás con Camilo?

Ya sabía que tenía cierta rivalidad con Camilo, parecida a la mía con Ronald, más que nada porque debido a su presencia ya no pasábamos tanto tiempo juntos.

—No.

—¿Dónde?

—Estoy en Playa Hermosa con mis tíos. Muy buen plan de conquista,  pero estoy lejos.

—No hay problema, disfruta.

—Gracias.

Mi tío me llamó desde el auto para irnos, y en ese momento recibí otra llamada.

—Sergio, hablaba en serio—dije fastidiado por los mosquitos y su anterior llamada.

—Dan, no soy Sergio, Soy Camilo.

—¿Camilo?, ¿qué sucede?

—Escucha, sólo quería saludar.

—Sé que no es verdad—me reí.

Me subí al auto mientras escuchaba su risilla a través del teléfono.

—Bueno, aquí va, Sergio me llamó...

Sin garantíaWhere stories live. Discover now