Bien se dice que el tiempo no perdona nada, mucho menos lo inevitable y que tiene que suceder.
Jihoon y Jaejin estaban por cumplir un mes más de pareja, dando así por cumplir tres meses ya de estar juntos. Fue el tiempo perfecto para comenzar a conocerse mejor el uno al otro, por ejemplo, Jaejin no sabía que Jihoon le temía un poco a los animales, o Jihoon que no tenía conocimiento sobre que a Jaejin no le agradaba la oscuridad.
Ambos buscaron la manera de complementarse, y todo parecía ir bien hasta ahora.
—¡¿Dónde está!?, ¿Qué sucedió?, Hyunsuk... Habla— Jaejin había entrado corriendo a la pequeña casa de los Choi, pues minutos antes había recibido una llamada de Hyunsuk diciéndole que su hermana de había caído por las escaleras, teniendo por consecuencia un fuerte golpe en la cabeza. Jaejin no lo pensó dos veces y salió corriendo de la oficina sin siquiera avisar a alguno de sus superiores, solo atino a decirle algo de eso a Jihoon, quien cuestionó más, pero Jaejin por las prisas no dijo nada.
—¿No prefieres que yo te diga hola, noona?— Esa voz, no podía ser, ¿Era el?, esa no era la voz de el.
—¿Que dices?...— Se cuestionó la mayor de ellos— ¿Junghwan?, ¡So Junghwan!— Jaejin corrio a la sala de donde provenía el sonido de la voz de su menor, al entrar sus ojos dejaron salir las lagrimas que había reprimido durante el camino. Era el, vaya que era el, su hermanito menor estaba ahí.
Cuando Jaejin decidió irse de Iksan, había dejado en ese entonces a sus dos hermanos menores ahí, a Seojin, y a Junghwan todavía al lado de sus padres, este último siendo un pequeño niño, que todavía, o bueno, en ese entonces no lograba entender porque su hermana mayor se había ido de casa, y al parecer del chico, se había ido mucho muy lejos de toda su familia.
Cuando llego el turno de Seojin de irse de casa, Junghwan ya había logrado comprender el porque sus hermanas mayores se mudaron a la capital de Corea.
—Junghwan... cariño, eres tu, ¿De verdad eres tu?— Jaejin no dejaba de soltar pequeñas lagrimas de felicidad, y es que no era para menos, ella había tenido momentos difíciles, donde su familia, a pesar de la distancia, le habían ayudado a superar.
—Si, soy yo, lo juro— Jaejin de nueva cuenta abrazo a su pequeño hermano menor, Dios, hacia más de dos años que no podía verlos, y justo ahora estaba abrazando a aquel chiquillo revoltoso que tanto amaba.— Noona, no respiro.
—Lo siento, Junghwannie, estoy tan feliz de verte, pero, ¿Por que no me has dicho que venias?, pude haber ido por ti a la estación— Justo en aquel momento, recordó porque estaba en esa casa, entonces teniendo tan cerca a Hyunsuk, Jaejin soltó un golpe a este, haciéndolo quejarse de dolor y después camino unos pasos hacia su hermana, quien también recibió un golpe de parte de la mayor.— ¡Par de tontos!, pude haber tenido un accidente por lo rápido y descuidado que venia conduciendo, inconscientes.— Reclamo la chica.— ¿Por qué no solo me dijeron que Junghwan venia para acá?—
—El dijo que quería darte una sorpresa, así que planeamos esto, no te molestes— Respondió Seojin con gracia mientras se sobaba el brazo algo adolorido.
—Auch, ¿Y a mi por que me golpeas?— Soltó Junghwan cuando la mayor también le había propinado una golpe en el brazo derecho— Ven, no te molestare más.
Junghwan se acerco a abrazar a su hermana mayor, quien al principio se negó, pero no duro mucho cuando respondía al abrazo de su menor.— Tonto...— Susurro la chica provocando una sonrisa en el el chico.
Esa tarde habían acordado dejar de lado todos sus planes, para poder pasar un buen rato en familia. Jaejin había avisado a Jihoon que había tenido algo de imprevisto, que por favor la cubriera, el chico sin rechistar le había dicho que si con la condición de que más tarde le llamaría para explicar a detalle que era lo que sucedía. Mientras tanto Hyunsuk y SeoJin fueron al instituto de sus respectivos hijos, quienes al llegar a casa habían corrido a saludar al tío Junghwan, el cual, prometió que una vez terminada la cena, y ellos habiendo terminado sus deberes iban a jugar a lo que los menores quisieran.
—Junghwannie, creciste mucho, todavía recuerdo al chiquillo de apenas diez años que lloraba cuando me dejo en la estación—El menor se sonrojo, vaya que recordó bien ese momento.— Ya no eres para nada mi pequeño bebé, mírate, estás mucho más alto que yo, y eso que soy mucho mayor que tu.
—¿De que hablas?, Yo sigo siendo un bebé, no puedes hacerte la desentendida de mi así como así.— Reclamo de inmediato el joven, causando risa en los tres mayores ahí presentes, al igual que en los dos niños.
—Corrección, su cuerpo creció, pero él sigue siendo el bebé llorón de siempre— Añadió Hyunsuk, ganándose una mirada mala de Junghwan.
La cena continúo amena, entre muchas otras bromas y comentarios graciosos, nada ofensivos hacia el menor de todos allí.
Una vez terminado el momento en familia que habían compartido los hermanos So, junto a la familia Choi, era momento de ir a descansar, pues el reloj marcaba ya altas horas de la noche, casi llegando la madrugada.
—Es tarde, vamos a dormir ahora niños, andando— Solto Seojin mirando a sus hijos— Eso también te incluye a ti Junghwan, anda.
—Lo siento mucho, pero creo que no será así— La mayor de los So, tomo entonces la mano de su menor, ayudando a ponerse de pie, todos la miraron atentos ante lo que recién había dicho— Junghwan se irá conmigo al departamento— Soltó— Así que, vamos, llevemos las maleta al auto y vámonos de una buena vez.
—¿Estas segura Jae?, ¿Qué hay de los chicos?, ¿Dónde dormirá Junghwan?— Cuestionó ahora Hyunsuk.
— Ellos no dirán que no, estoy cien por ciento segura, además en mi habitación hay una cama extra, el dormirá ahí, no habrá mayor problema.— Sentencio la chica, quien claramente no aceptaría un no por respuesta.
De forma obediente hacia su mayor, Seojin y Junghwan asintieron, al mismo tiempo que ambos ayudaban a Hyunsuk a subir sus cosas al auto de Jaejin, se despidieron diciendo que tal vez al día siguiente irian nuevamente a la casa de los Choi, Junghwan se despidió de sus pequeños sobrinos también, deseándoles buenas noches, igualmente de Hyunsuk, así emprendiendo camino con Jaejin en su auto.
Durante el camino, Jaejin se puso al día con el chico, tratando de ocultar su emoción de tener a su hermano con ella, y es que en verdad estaba bastante feliz de estar nuevamente con el.
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