Más pronto de lo que esperaba, Jaejin soltaría de una vez por todas a aquel momento amargo en su vida. Todo iba viento en popa, era nuevante la Jaejin de hace algunos ayeres, la sonriente, viva, y alegre.
Su mundo era de color rosa de nuevo, todo sería paz y felicidad a sus ojos. O bueno, eso se presentaba ante ella.
Un día, mientras disfrutaba de una linda comida, dónde estaban sus amigos, estaba su hermosa familia, y todo estaba en santa paz, Jaejin recibió un mensaje de un número no agendado, era totalmente desconocido para ella. El mensaje era un simple "Hola, Como estas?". Algo tan insignificante y sin importancia como eso, causo muchísima curiosidad en ella. Entonces le respondió: "Hola(?), ¿Quien eres?". Claramente sabía que tal vez no obtendría la respuesta que ella esperaba, así que lo dejo pasar.
Unos minutos tardó y su celular volvió a sonar, dándole a saber que le habían respondido ya.
"¿Acaso ya no te acuerdas de mi?, ¿Me has olvidado tan pronto?". Ella no supo cómo procesar aquella respuesta, podría interpretar esas palabras de muchas maneras, pero en ese momento no supo cómo.
"Disculpa, pero... Creo que me confundes, enserio no se quién eres". Y es que enserio no sabía de quién se trataba, no sabía quién era el, o la que con interés la buscaba.
"No, créeme que para nada te confundo, se exactamente quién eres. Aunque yo en tu lugar habría hecho lo mismo". Nuevamente se sintió confundida, y la curiosidad crecía más al no saber quién era aquella persona con la que estaba mensajeando.
"Lo siento, ¿Que?, ¿En mi lugar?. Me estoy quedando sin ideas de que contestarte, por favor, dime ya de una vez quién carajos eres". La verdad era que Jaejin bloquearía el número si no obtenía algún nombre conocido en ese momento, su miedo por saber si se trataba de algún extorsionador, o secuestrador le aterraba para ese instante.
"No te preocupes, no soy nadie de quién debas temer, solo soy yo, Haruto, Watanabe Haruto". La sangre se le helo a Jaejin, ella esperaba que fuera otra persona menos él, aquel chico le había lastimado de manera cruel.
Y de quién en definitiva si debía de temer.
No sintió en que momento el aparato se le callo de las manos, solo se quedó en blanco, y no fue hasta que Hyunsuk le llamo para irse, que ella se percató de aquello.
-Ese... Ese idiota...- No sabía porque, pero el hecho de que Haruto le enviará un mensaje, y la buscara le quitó la paz que había logrado conseguir en ese tiempo.
Más maldiciones salieron de la boca de Jaejin esa noche, en definitiva ya no existía la palabra tranquilidad para ella.
¿Porque diablos ahora él la busca? ¿Porque ahora? ¿Era un maldito juego para él? ¿Que quería? ¿Que pretendía perturbando la vida de Jaejin?.
Maldito Japonés.
Otra madrugada en la que ella no podía dormir, ahora casi todo el tiempo se reprochaba y se recriminaba por haber conocido a semejante persona tan despreciable, haber hecho tanto en tan poco por él. El simple hecho le hacía sentir mal, ¿Porque fue tan tonta?. Simplemente quisiera que alguien pudiera inventarse una máquina del tiempo, para así evitarse haber cometido tantos errores en su vida.
Su móvil sonaba cada cierto tiempo, avisando que un mensaje había llegado, desde hace ya días que él insistía en hablar con ella, argumentando que quería aclarar algunas "cosas pendientes". Pero Jaejin ya no creía en eso, además, sabía a la perfección que si le prestaba la atención que Haruto tanto buscaba, podría salir aún más lastimada.
Arta de todo eso, mando ella un mensaje al número que ni siquiera se molestó en agendar, decidió que era suficiente para que lo que Haruto quería.
"Déjame en paz, no me apetece hablar contigo, ni hoy, ni nunca" Jaejin fue clara y precisa, ella pensó en aquel dicho de: "Al buen entendedor pocas palabras" al escribir ese mensaje, desgraciadamente no fue así.
Ella bloqueó el número, por lo cual pensó que no podía Haruto molestarla, una vez más Jaejin se había equivocado.
-Hola...- Jaejin respondió al número que era aún desconocido, pues esperaba la respuesta de un proyecto importante en el que ella trabajaría.
-Hola Jaejin...- Esa voz. Diablos, esa jodida voz rompe pelotas.- Por favor, no me cuelgues, solo pido unos minutos...- Haruto escucho como Jaejin alejaba el teléfono de su oído, por lo que habló- por favor...
-¿Qué quieres?, Ya has hecho bastante...- Ella habló, quería acabar con eso lo más pronto posible, sentía su cuerpo entero temblar, su cabeza daba vuelta y se sentía aturdida con la situación.
-Solo quiero decir... escúchame...- Haruto por su parte se sentía emocionado por poder escuchar de nuevo a Jaejin.- Yo sé que te he lastimado, he sido un completo imbécil contigo, que no merezco nada después de como me comporté. Pero, quisiera saber...- Se detuvo el chico sintiendo como poco a poco se le aguaban los ojos-¿Todavía sientes algo... por mi?
Una silencio se instaló en la línea telefónica, puesto que ninguno de los dos sabía que era lo que pasaría.
Ninguno de los dos decía algo, solo se podían escuchar las respiraciones en ambas líneas activas.
-Debes estar jugando...- Finalizo Jaejin sintiendo las lágrimas taladrar sus ojos.
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