HERSHE (Seulrene - Español)

50. Trato

-¿Tenemos que ir ahora?

-Seulgi, ¿cuántas veces debo decirte que fue mamá quien te invitó a venir aquí?- preguntó Irene. Estaban frente a su casa, pero Seulgi todavía no quería salir del auto. 

-Pero... pero Krystal dijo--

-Mi mamá sabe de lo nuestro, ¿de acuerdo? Por eso quiere conocerte.

Seulgi dejó escapar un fuerte suspiro, sus ojos miraban incómodamente hacia la casa. Todavía no puede creer que conocerá a la madre de Irene antes de lo que esperaba. 

-¿Planeas tener una relación conmigo y esconderte de mi mamá al mismo tiempo?- preguntó Irene. 

-No es eso.- Seulgi tomó la mano de Irene. -Solo estoy nerviosa. No quiero decepcionarla. No quiero decepcionarte a ti.

Irene tomó la mejilla de Seulgi. -No lo harás, ¿de acuerdo? No trates de actuar como alguien que no eres. Ya eres encantadora; usa eso. Hazte camino con tus encantos para conquistar a mi mamá. 

Una sonrisa de alivio se curvó en los labios de Seulgi mientras exhalaba un suspiro. -Te amo. 

-Yo también te amo.

-¿Podemos quedarnos aquí cinco minutos más?

-Desafortunadamente, no podemos. A menos que quieras meterte en problemas al darle a mi mamá la impresión de que la razón por la que llegamos tarde es porque estábamos en el woo-hoo. Si es así, supongo que podríamos quedarnos aquí incluso por treinta minutos más. 

-¡Qué! ¡No hicimos nada de eso! 

Irene se rio. -Pero cuanto más nos quedemos aquí, más tendrá esa idea. Así que, salgamos ahora, ¿de acuerdo? 

Seulgi sabía que ya no había escapatoria. Finalmente asintió.

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Ahora el interior estaba más luminoso que la última vez que Seulgi lo visitó.  Todas las cortinas estaban abiertas, dando al lugar un aura vivaz. Seulgi olió algo preparándose en la cocina y se puso nerviosa cuando Irene la arrastró allí. 

-¡Mamá!

Una figura esbelta se dio la vuelta para saludar a su hija con una sonrisa.

-Hola, querida. Te extrañé.- La mamá de Irene besó su mejilla. 

Ver a la mujer hizo que Seulgi se diera cuenta de dónde había sacado Irene todos sus encantos. Y para ser honestos, parecían más hermanas que madre e hija.  

Irene envolvió sus brazos alrededor de la cintura de su madre. -Yo también te extrañé. Lamento lo de la pijamada imprevista de anoche.

-¿Qué puedo hacer? Supongo que tendré que acostumbrarme a que te quedes a dormir en casa de alguien con más frecuencia a partir de ahora, ¿no?,- dijo la madre de Irene, mirando a Seulgi. 

Irene se acercó a Seulgi para arrastrarla más cerca. -Mamá, ella es Seulgi. Y, Seulgi, te presentó a mi mamá.

La mamá de Irene levantó una ceja mientras miraba a Seulgi.

Seulgi tragó saliva ante eso. Estaba segura de dónde sacó Irene su carácter intimidante. La dama frente a ella es la reina del terror. No sabe qué decir, así que extendió su mano para un apreton. 

-Uh... h-hola... madame...

Las dos jóvenes no se habían percatado de que la madre de Irene sostenía un cuchillo en su mano derecha. Lo dejó en el mostrador junto a Seulgi para estrechar su mano.