Capítulo 60

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COMENTARIO ESTRELLA (23/05/2022): QuieresChocolatito Necesito su autoestima 
Pero para que si puedo tener un auto encima?

Kalu: Fue de lo mejor que he leído ajjajajajja

Capítulo 60| No fue una pregunta.

Daymond estaba en un periodo de negación desde que sus padres le dieron la noticia de su separación. Annaí intentó varias veces de convencerlo de que fuera con nosotros en su auto, como era costumbre, pero toda la semana se dedicó a ir y volver en su motocicleta del demonio. Yo intenté visitarlo todos los días y quedarme un rato con él en su casa, pero me ignoraba utilizando el celular o poniéndose a jugar. 

Ashton también intervino, comió con nosotros toda la semana y en una oportunidad logró que Day fuera a su casa y hasta se quedara a dormir allí. Aunque la información que trajo fue la misma... Daymond fingía que no le importaba. El único momento en el cual habló del tema, fue la misma noche cuando nos llamó e informó, de mal humor, la noticia.

Me hubiera gustado hacer más por él, a todos, pero debíamos dejar que manejara el dolor a su manera, sin presionarlo. 

Annaí peleó con Alvin y hacía unos cuantos días que la veía más nerviosa. Aquello me tenía alarmada, más cuando se presentó a la tarde para llevarme el vestido que le pedí prestado para la dichosa fiesta de la tía de Ashton.

—Ya no hables con él, por favor. Has dicho que no lo amas, sabes como es, y aún así te relacionas con él. ¿Qué está pasando? —cuestioné en cuclillas frente a ella, que estaba sentada en mi cama.

Sonrió, como si no pasara nada y solo me abrazó.

—Te quiero —susurró contra mi oído y se enojó cuando le dije que me quedaría con ella todo el fin de semana. 

Estaba insistente con el tema de que debía salir con Ashton. Era extraño, porque recordaba que al inicio aquello no le hacía gracia, y hoy parecía ser su prioridad. 

El viernes a la noche Ashton pasó por mí. Metí mi mochila con la ropa necesaria para el fin de semana en el asiento trasero de su auto, y tardamos dos horas en llegar al hotel. Estaba nerviosa, desde días atrás, sin embargo ese recorrido logró apaciguar todas las malas vibras. 

Noté a Ashton diferente. Hablaba más, se veía extremadamente feliz y mucho más tierno. Me habló sobre su infancia, la parte agradable, sobre sus entrenamientos. Me contó de la horrorosidad de mascota que tenía y que llevaba con él dos años. Una tarántula de patas rosas llamada Gladis. Cuando me reí del nombre, me dijo que así se llamaba su madre. No tengo que aclarar lo mierda que me sentí, aunque él solo rió. 

Yo, por mi parte, le conté de la inquietud que estaba teniendo sobre las reuniones. Adrián había vuelto a insistir con seguir con ellas y la bandeja de mi correo electrónico tenía setenta y tres mensajes de chicos interesados. Varias veces me vi tentada a tomar aunque sea a uno o dos. Era extraño no hacer nada, había pensado en otras formas de ganar dinero, a pesar de que ya no era estrictamente necesario, pero lo único que me venía a la mente era seguir con las reuniones. 

 Ashton no creyó que fuera un trabajo muy seguro, y no se burló cuando sin darme cuenta le hice ver que él era mi único cliente y que jamás le cancelé las clases a pesar de que a los otros sí. Aunque seguro ya lo sabía desde hacía mucho, le dedicaba todo mi tiempo libre luego de mis responsabilidades y amigos. 

El hotel era de ricos. No tenía idea cuánto costaba una noche ahí, pero seguro era un sueldo de mi madre. Como yo no estaba en la lista hasta una semana atrás, nadie pareció en tener problema con que compartiera habitación con él. La cual, la primera noche, solo utilizamos para dormir. Literalmente. 

La consejera sexual de Ashton| EN FÍSICOWhere stories live. Discover now