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Mi madre siempre me dijo que el tiempo pasaba muy rápido aveces, y este era mi caso, ya estaba graduado y trabajando.
Tenía 21 años, Emma y Senju contaban con 19 años, ambas estaban a punto de terminar su carrera.
Yo había seguido leyes, era un buen abogado y muy bien pagado, lo cual me permitió darle una buena vida a mis dos chicas, actualmente estaba pagando la carrera universitaria de Emma, Takeomi estaba pagando la de Senju, eso en permitió comprar un departamento.
Emma estaba siguiendo medicina, era una carrera un tanto cara, pero valía la pena si le gustaba a Emma.
Senju por su lado, estaba estudiando para diseñadora de interiores, nuestro departamento iba a ser su parcial final.
Estaba feliz con lo que había logrado, habia logrado formar bien mi vida.
-Estamos en casa!- escuché la voz de Emma.
-Bienvenidas- respondí desde la cocina.
Ambas entraron a la cocina, ambas portaban falda de cintura alta a la mitad del muslo y suéteres de distintos colores, el de Emma era verde algo afelpado y el de Senju era gris liso.
-Como les fue?- pregunté volteando a verlas, amaba este momento del día.
Emma me abrazo y Senju se puso de puntitas exigiendo un beso, no me negué.
-Fue algo cansado, mi profesora exigió el parcial para la otra semana- dijo Senju suspirando.
-Cuando empezarás a remodelar?- pregunté mirando a Senju sacando su carpeta de texturas.
-Posiblemente mañana empiezo, no tendré clases por ahora- Era algo apurado a decir verdad, pero está semana no tendría casos, talvez la podría ayudar.
-Esta semana no tengo casos, te gustaría que te ayudará?- le pregunté.
-Gracias amor- dijo y me abrazo.
Emma estaba viendo las ollas que reposaban sobre la estufa, se veía que tenía hambre.
-Ya casi está la comida- murmure y ella se sonrojó.
-Como te fue Emma?- volví a hablar.
-Bien, solamente necesito de que tú y Senju me ayuden con unas inyecciones y pruebas de sangre- Mierda...
-Vale amor, te ayudaré con las pruebas de sangre- dijo Senju besando a Emma, amaba ver eso.
Un momento, ¿A mí me tocaban inyecciones? Mierda, Senju tramposa.
-Entonces a ti te inyectare?- me preguntó Emma abrazandome por la espalda y acariciando mi abdomen.
