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Hoy definitivamente iba a ser muy importante para mí y para las chicas, estaba completamente dispuesto a pedirles matrimonio.
Ya había hablado con Takeomi y con Shinichiro, ambos me habían dado la bendición de casarme con sus hermanas.
Estaba nervioso tenía planeado algo muy lindo para esta tarde, con 22 años y teniéndole miedo a algo, qué más se podía esperar de mí.
Mi hermano está dando mi aliento abrazándome, mientras me decía que todo saldría bien.
-No te preocupes, todo saldrá bien, llevas un mes planeandolo, es casi imposible que algo salga mal- me sentía más seguro al oír de esa manera a mi hermano.
Me encontraba colocando los últimos detalles, esperaba que le gustará esto a Emma y a Senju.
Respire lentamente, estaba tratando de calmar la ansiedad que tenía.
Wakasa se encargaría de traer a mis novias al punto de encuentro, era un hermoso parque a las afueras de Shibuya, definitivamente tenía miedo de lo que podría suceder.
Sí me rechazaran esta propuesta me dolería mucho, tenía los dos anillos de compromiso en la bolsita de adentro de mi campera.
Oí el motor de la motocicleta de Wakasa cerca de donde me encontraba yo, sabía que ya era hora y estaba lista para dar este siguiente paso.
Mientras los tres comíamos, ambas me voltearon a ver bastante confundidas, claro cómo no lo harían, si tenía cara de haber visto muerto viviente.
-Te sucede algo amor- Emma fue la primera en mostrar preocupación ante mi rostro.
Senju solo me miraba bastante atenta de lo que diría a continuación.
-Si, claro, ¿Porque no lo estaría?- saqué mi abogado interior y de esa manera puede despejar todas las sospechas.
Estaba muriendo en este momento, los nervios me carcomían por dentro.
Después de que les diera ciertas pistas, ya me dirigí hacia dónde les propondría matrimonio.
Había una hermosa vista, podía apreciar todas las constelaciones del cielo, ambas estaban maravillados con la vista que les propiciaba el mirador.
Suspiré fuerte y me arodille ante ellas, ambas me vieron con desconcierto en su mirada.
-Emma Sano- le llamé a mi amada mujer- déjame estar para ti en tus noches de oscuridad y en los momentos en los que quieras brillar más que el mismo sol, déjame tomar tu mano y guiarte hacia el buen camino, y si no deseas ir ahí, deja que te acompañe el mismísimo infierno- tal vez no era la manera más romántica de pedirle matrimonio, pero sabía que ella captar y A mi manera de decir.
Ella se quedó en silencio durante algunos minutos, esperando a que siguiera hablando.
-por favor permíteme casarme contigo- sus ojos mostraron un brillo inigualable.
-Acepto!- ella salto hacia mis brazos abrazándome fuertemente.
Ella se levantó y se colocó el anillo en su dedo anular, así sellando nuestro promesa de matrimonio.
Ahora tenía que hacerlo con Senju y eso me emocionaba aún más.
Voltea mi mirada hacia ella quien miraba esa escena algo desconcertada y triste.
-Akashi Senju- capte su atención solo diciendo su nombre- sé que no soy el mejor novio, ni un buen amigo, estoy consciente de que te he hecho llorar a veces, pero déjame enmendar todos mis errores- me quedé en silencio un par de segundos y acumule mucho aire en mis pulmones- por favor permíteme ser tu esposo y compañero de vida junto a Emma- sus mejillas se enrojecieron.
-Acepto!- ella sonrío y se abalanzo sobre mí dándome un cálido beso- pero pido llevar traje- dijo ella sobre mis labios.
