† Capítulo 10 | Amuleto de buena suerte

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Corrían unos cinco años atrás cuando Jimin dejó de recibir visitas por su hermana, tampoco por Yoongi y, justamente tres años después, tampoco lo haría de parte de la señora Min.

Y la respuesta era corta y sencilla, pero Jimin había estado demasiado tiempo pensando en lo que pudo haber hecho mal. ¿Cómo pudo ser tan torpe? Era tan sencillo de comprender cuando era un adulto el que veía desde el exterior, que ni siquiera se dio cuenta de lo que ocurría a su alrededor, él siendo un adolescente de apenas quince años.

Su vida pasó de ser ansiosa y emocionada, esperando cada viernes a que su hermana pudiera pasar a visitarle a algo más monótono, sombrío y vacío que no deseaba a nadie, mucho menos a un pre-adolescente como él lo era en ese tiempo.

La señora Min era la única en venir a visitarle cada dos semanas, y mucho era eso, porque a veces y los últimos tiempos sólo pasaba por ahí un par de veces al año y era más que suficiente.

Jimin comprendió su error entonces y rió como desquiciado durante toda la noche, parecía que se volvería loco en cualquier momento. Ningún compañero se atrevía a acercarse a su habitación.

Y todo ocurrió esa misma tarde, cuando la última visita que recibió de la señora Min se hizo presente. Le esperó ansioso porque hacía tiempo que nadie venía a visitarle, así que se puso su mejor camisa y salió a recibirla con la mejor de las sonrisas, cambiando su expresión inmediatamente cuando deslumbró la expresión seria de la mujer.

Se acercó rápidamente alarmado y preocupado y le miró con ojos desbordantes de ansiedad por no saber lo que estaba ocurriendo ahí afuera, así que le preguntó lo primero que salió de sus labios.

— ¿Está Yoongi bien?

Ese fue su primer error, y lo descubrió cuando la señora apartó con delicadeza su guante de seda y alzó su mano para propinarle una sonora bofetada, dejándole impactado y adolorido, quejándose por lo bajo del dolor y llevándose su mano a la zona rojiza, mirándole sin comprender lo que sucedía.

Tomó una honda respiración y se sentó frente a la mujer en la sala de visitas, recargando sus brazos en la mesa mientras su mirada se perdía en la misma.

— Que ni se te ocurra mencionar el nombre de mi hijo en esa boca sucia tuya —masculló la mujer por lo bajo, Jimin alzó la mirada confuso—. Ni lo intentes o te llevarás unas consecuencias que no estarás dispuesto a pagar.

— No entiendo que está ocurriendo, señora —apenas le dio tiempo de terminar su oración y la mujer dio un golpe contra la mesa a puño cerrado, mirándole rabiosa.

— Sabes perfectamente lo que está ocurriendo —rió secamente—. Así que te conviene dejar de hacerlo, Park, o alguien más sufrirá por los pecados a los que estás induciendo a mi hijo.

Jimin rió secamente esta vez, negando con la cabeza y jugando con sus dedos mientras su mente iba a mil por horas sin comprender nada de lo que estaba sucediendo en la realidad frente a él, lo que ocurría con esa señora malhumorada y que le reclamaba por algo que no tenía ni idea.

— Llego a casa y el tema de conversación eres tú —masculló—. Paso a ver a mi hijo y me pregunta por ti, solamente por ti, los vecinos están al pendiente de cualquier cosa que ocurra en mi familia y tu hermana se hace la tonta, ignorando lo que pasa aquí. Se piensa que el diablo es viejo, pero Dios es mayor y tiene ojos divinos, puede ver más y más claro.

El joven calló, mordiendo sus labios con la mirada fija en la mesa, la señora prosiguió con su discurso.

— Tú eres el mismísimo Diablo —le miró con ira, levantándose de la silla histérica—. ¡Atrás, Satanás! ¡Dios llévate todos mis pecados y sálvame del fuego eterno en el que me intuye la tentación!

My Only Fate † YOONMINTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang