Capítulo 31: Jugar en Contra.

27 4 3
                                    

Han pasado alrededor de tres días desde mi secuestro, Alexis ha hecho hasta lo imposible por lastimarme, ha pasado de "juego en juego" se ha inventado un millón de juegos solo para lastimarme, todos de preguntas, y respondiera bien o mal de todas maneras me lastimaba, ya estaba cansada, sentía que tenía unas ojeras gigantescas, no dormía, comía todas las mañanas gracia a Bruno que me alimentaba.

Si se preguntan por los "juegos" de Alexis, les diré, uno de ellos además de ser de preguntas el castigo era lastimarme tirándome piedras, si, lo que leyeron, piedras como si fuera un tiro al blanco, otro de sus "jueguitos" se trató de adivinanzas con una penitencia de otra vez intentar ahogarme, y el último de sus "jueguitos" fue otra vez el calcetín mojado, ya se estaba quedando sin ideas, y poco a poco yo me estaba quedando sin esperanzas, no sabía que estaba pasando en el exterior.

Además de que tenía miedo de saber que no me estaban buscando, Bruno no comentaba mucho cuando me venía a alimentar, solo hablábamos de Alexis, y cuanto tiempo iba a quedarme en ese lugar.

Estaba en mal estado, algunas moscas se paraban en la sangre seca de mis brazos por las cortadas de Alexis, ni siquiera el agua de los intentos de ahogarme podían limpiar completamente la sangre seca.

Es de tarde, como todas las veces en las que empiezan los "juegos" de Alexis, ella aparece por la única puerta que hay frente a mí.

—Vaya, vaya, vaya, creí que la puta a estas alturas ya estaría muerta.

—Que te puedo decir. —Digo retándola en cierto aspecto—. Soy más resistente cuando se trata de no dejarte ganar.

—Pues al final de todo, morirás, y nadie estará para ti, porque déjame decirte que nadie te está buscando, zorra. —Suelta Alexis—.

—O es lo que parece, la policía debe de estar buscándote para encontrarme, y lo sabes. —Digo—. Y decir que hay una investigación abierta por ti seria arriesgarse.

—Te tengo un juego. —Propone—.

—A ver, ¿con que vas a salir ahora? —Pregunto—.

—¿Quieres jugar Verdad o Reto? —Pregunta en respuesta—.

— ¿Y el truco? ¿Cuál será el castigo a lo que responda?

—Te apuñalare. —Responde sonriente—.

—Vaya, se te ocurrió algo después de tres días, creí que te estabas quedando sin ideas. —Respondo altanera—.

—Para que veas lo que es la eficiencia en lo que me importa. —Responde—. Entonces ¿verdad o reto?

—Verdad. —Respondo calmada—. Veamos que preguntas se te ocurren ahora, creo que ya no tienes material ya que has utilizado cada una de las cosas que sabes para intentar averiguar algo en los cinco seis días que llevo aquí.

—Muy buena lógica. —Responde—. Eso pasa al estar con un abogado, pero bueno, hay algo que me he estado preguntando desde siempre.

—¿Qué? —Pregunto—.

— ¿Has estado con Jackson? Es decir ¿han tenido sexo?

—No. —Respondo—.

— ¿teniendo en cuenta de que viven juntos? Por favor ¿Quién me crees? ¿acaso me estás viendo la cara de estúpida?

—De que te veo la cara de estúpida, te la veo, porque qué otra cosa voy a ver estos últimos seis días. —Respondo sarcástica y altanera, no lo puedo evitar, sobre todo teniendo en cuenta cual es el castigo, pero puedo aprovechar este juego si ella participa como la última vez—. Pero no nos hemos acostado nunca, ¿feliz?

Corazón A Mil por HoraWhere stories live. Discover now