Capítulo 24.

348 45 17
                                    

Capítulo 24.

Hugo.

"-Creo... creo que lo mejor es que...
-No, no lo digas. -Intento acallar sus palabras, necesito hacerlo, silenciar su voz y que no siga porque puedo imaginarme el final y no quiero hacerlo.-
-Lo siento.
-No sientes una mierda.

Trato de ponerme en pie, pero todo me da vueltas y caigo en su sofá de nuevo. 
No sé qué me ha pasado, simplemente comencé a marearme, a no poder respirar y he despertado tumbado en el sofá de Eva con un leve picor en el cuerpo.

-Es lo mejor. Para ti, para mí. ¿No ves que esto no va a ningún lado?
-Déjame en paz.

Esta vez saco fuerzas sin saber de dónde y consigo ponerme en pie, dar varios pasos que ella sigue y me frena.
Maldigo sentir esa corriente eléctrica recorriendome cuando su piel toca la mía.
Estábamos bien joder, apenas hace unas horas que hemos follado, que lo hemos hecho sintiéndonos, volviendo a conectar, con ganas, demasiadas ganas después de tanto tiempo.
Yo quería quedarme en la cama con ella hasta que pasen las horas y sea otro día, hacer la cena entre los dos, besarnos en el sofá sin prestarle atención a la televisión.
Yo quería sentir paz y calma durmiendo con ella abrazada a mí.

-Tienes que descansar, tienes que... -Sus ojos se contradicen. Sus palabras quieren hacerme creer que no hay un futuro para nosotros pero sus ojos brillan al mirarme.-
-Estoy bien.
-Hugo...
-Vale no, no lo estoy, esto es una puta mierda Eva, ¿Cómo quieres que esté bien? Yo solo...

Sus dedos tapan mi boca para que no termine la frase, para que no haga más real lo que ella ha decidido.
Una realidad que asfixia, que daña, que mata.
Un contacto tonto que antes me hacía sonreír y ahora me es imposible.
¿Cómo sonreír con el corazón hecho pedazos?

-No lo digas. -Agarro sus dedos con los míos, los aparto de mis labios.-
-Yo solo quiero vivir mi vida junto a ti."

Duele recordar ese momento, el corazón no ha podido juntar ni dos pedazos desde que me alejó de ella.
Había algo distinto en ella, no era enfado. No me dejaba, me alejaba por un enfado, por una decepción.
Me quería joder.
Me quería.
Y quiero creer que me sigue queriendo, aunque no me aguante la mirada en el gimnasio.
Aunque rehuya mi contacto y mi voz.
Aunque corra para no quedarse conmigo a solas ni un segundo.

Me cuesta no quedarme embobado mientras la miro, se me hace imposible no tener el impulso de querer rozar su piel, de acercarme aunque fui yo quien en esa ocasión dio el portazo y se fue.

Todo estaba bien, me desmayé y me dejó.
¿Qué pasó en ese lapso de tiempo?
Necesito entenderlo porque no lo sé.
No se deja de querer a alguien en un abrir y cerrar de ojos.

"-Eva por favor... -Cierro la puerta detrás de mí, encerrandonos en el vestuario, ella no se gira.-
-Vete.
-Mírame. -Camino hacia ella pero me esquiva y va hacia la puerta, pongo la mano antes de que pueda salir, impidiendo que pueda abrirla.- Joder Eva, mírame.
-No puedo.
-¿Por qué?

DelirioWhere stories live. Discover now