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El día que Managua fue invitado a una cena a la casa de la familia mexicana definitivamente pensó que la cosa iba en serio
Y bueno, ¿quién era él para desaprovechar la oportunidad de ir a conocer a los tíos de sus futuros 16 hijos?
Aunque podía sonar apresuardo, al final del día supo que así lo quería
Managua caminaba hacia la casa de la familia mexicana motivado en dar una buena impresión aunque fuera la segunda vez que se vieran
Iba pensando en convencerse a sí mismo de hablar lo más neutral posible por esa noche, no quería que le saliera alguna mala palabra frente al padre de familia
Igualmente pensaba en si su cajita de galletas que compro en una repostería cercana a el hotel sería un buen obsequio, nunca en su vida había hablado con un ruso pero gracias a videos que le recomendaba YouTube sabía que era una tradición rusa llevar un regalo cuando te invitaban a casa de alguien, él no era un ruso y mucho menos Puebla, pero al menos parecía un lindo detalle
Tanto había pensando que el camino le pareció corto y en lo que en su mente parecieron pocos minutos ya había llegado a la casa de Puebla
Se acercó y con la mayor determinación posible tocó la puerta e inmediato se abrió mostrando a un chico que si alguna vez habías visto Stranger Things fácilmente podrías decir que se parecía a Alexei, un joven de ojos café claro, bastante pequeño y con un estilo qué gritaba 80', desde sus anteojos, pantalones altos, cabello rizado y corto, algunas pulseras que tenía y los típicos tenis Rebook hacían que ese chico pareciera haber salido de alguna película ochentera
El chico miró unos minutos a Managua esperando que le dijera quien era, tal vez no lo había visto aquel día
