Cita.

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-¿Está muy lejos? -pregunté apenas nos subimos en el bonito carro y Jeno encendió el motor.

-Tal vez unos 40 minutos.

-Dices que es un lugar abierto, ¿No?, de verdad que no tengo la menor idea de dónde será entonces -me puse a observar el auto, tocando todo lo que pudiera a mi alrededor, aun asombrado.- Me hiciste caso, es un auto muy muy bonito.

-Lo pediste, te lo cumplo -sonrió mientras miraba hacia enfrente.

-Que simp.

-Te encanta arruinar los momentos, ¿Cierto? -me reí en respuesta.- Y ya verás el lugar, es lindo, digo, supongo, nunca he ido tampoco.

-No me digas nada más o seguiré suplicando hasta que te harte y me digas -admití, me conocía perfectamente en este tipo de situaciones.

-Puedes poner música si quieres, ahí está en cable auxiliar -indicó señalando.- Para que no te aburras o pienses mucho en ello.

Hice caso al instante, conectando el cable a mi viejo celular (el cual por suerte ha aguantado bastante bien y espero así siga), poniendo una playlist en aleatorio.
Dejé el aparato en el tablero una vez la voz de Avril Lavigne en "Don't Tell me" comenzó a sonar.

Recargué mi espalda al asiento y solo me dejé llevar, mirando casualmente por la ventana mientras pasábamos por las calles de la ciudad y veía a la gente caminar.
No tenía mucho que decir y agradecía a la música por eso, ya que rellenaba el silencio, supuse que Jeno tampoco tenía mucho que decir ya que él sugirió eso, el lado bueno es que a ninguno nos molestaba la falta de charla.

Después de unos cuantos minutos así, con música y viento soplando mi cabello, salimos hacia una carretera.
Me giré a verlo y me di la libertad de admirar su belleza.
El cabello negro de verdad le quedaba fenomenal, y sé que probablemente es su color natural, pero siendo que lo conocí con el cabello azul, esto es nuevo, nuevo y lindo.
No me quería imaginar cuando le creciera... Bueno, no pude evitar imaginarlo y dios mío, jamás me sentí tan católico, me sentí bendecido de poder tener semejante imagen mental y de que este sujeto se fijara en mí.
De verdad era afortunado.

-Si me sigues mirando así, voy a estacionar el auto en una orilla de la carretera y te voy a besar hasta desfallecer -habló tomándome por sorpresa, pero sonreí ante su advertencia.

-Suena bastante tentador.

-Jaemin, hoy planeaba estar modo romanticismo pero si sigues así voy a mandar el romanticismo por la borda -me miró de reojo, y juro que fue una imagen bastante sexy.

Jeno pelinegro, ¿Qué me estás haciendo?

-No es mi culpa, ¿Recuerdas lo que te dije cuando me dijiste que te lo pintarías de negro? -él solo asintió.- Bueno, pues fue verdad, el Jeno pelinegro me está enloqueciendo.

-Pues créeme que tendrás lo que querías pero con el Jeno pelinegro -esbozo una sonrisa de lado sin mirarme, haciendo que mi respiración se cortara por un momento, hasta que nos detuvimos en un semáforo y su mano sobre mi muslo me regresó a la realidad, lo había apretado.- Pero después.

-Será un placer -le dediqué una sonrisa coqueta que hizo que abriera un poco la boca con sorpresa, ambos podíamos jugar de la misma manera.

-Quiero besarte.

-Hazlo antes de que cambien las luces del semáforo -sugerí. Él me obedeció y se inclinó a mi asiento para besarme, pero al contrario de lo esperado (bueno, a decir verdad sí se veía venir), el beso esta vez fue bastante intenso, por lo cual solté una risita al momento de separarnos.

-Jaemin, para, en el lugar donde vamos no podemos hacer nada, estaremos en público, me volverás loco ahora a mí -se rió también, acomodándose en su asiento y comenzando a manejar otra vez pues el semáforo ya había cambiado.

Brooding.- NominWhere stories live. Discover now