Capítulo 25 "Día de chicas"

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Con la diferencia que a mí lado no tenía una nota. Así que supuse que Darío se había ido a trabajar. Unos minutos después sonó la puerta y fui a abrir. Era uno del hotel con una bandeja de mi desayuno, cogí la bandeja y vi como un papel asomaba debajo del café.
Así que me senté y me puse a leer la nota, era de Darío y decía que disfrutara del desayuno que él se había ido a trabajar, que volvería por la noche. Así que desayuné y llamé a Mel, que viniera con Ale y Cris, si estaba con ellas, a recogerme que estaba sola hasta la noche. A los pocos segundos me contestó diciéndome que ya estaban de camino.

Cuando bajé a la entrada ya estaban allí las chicas y me subí al coche. Acabamos en un centro comercial aunque no nos hacía falta nada.

Entramos a una tienda a mirar ropa, y al final nos compramos un vestido cada una. Salimos de la tienda y justo en frente vi algo que no me creía.

—Mel, ¿has visto lo mismo que yo?

—Sí, vámonos al baño antes de que nos vea. — dijo arrastrando a Ale y a Cris al baño —

—Chicas, ¿qué pasa? — dijo Cris sin entender nada y luego habló Ale —

—¿Es algo malo lo que habis visto?

—Malo no. — dijo Mel —

—¡Decir ya lo que habéis visto! — dijo Cris un poco alterada —

Yo estaba en shock y las chicas se dieron cuenta.

—Abril, ¿estás bien? — me dijo Ale —

—Acabo de ver a mi novio saliendo de una joyería, con una bolsa.

—¿Y cuál es el problema?

—A ver Cris, me ha dicho que se había ido a trabajar y lo veo saliendo de una joyería.

—¿Y? — se veía que no lo entendía —

—Raro es. — me defendió Mel —

—Que seguramente me vaya a pedir que me case con él. Y creo que no le diría que no.

—Pero, ¿quieres casarte con él? — me preguntó Mel —

—Sí, digo no. ¡Ay no sé! — no sabía que hacer, estaba súper nerviosa —

—Cariño, relájate y respira. — me dijo Mel al verme tan nerviosa —

—En una joyería no solo venden anillos. — me dijo Cris para calmarme, pero no funcionó —

—Y no todos los anillos son para pedir matrimonio — dijo Ale dándole la razón a Cris —

—Bueno, ya se habrá ido. Vamos a salir. — dijo Mel cogiéndome del brazo —

Las cuatro salimos del baño y efectivamente se había ido.

—¿Y yo que hago? — dije mirando a las chicas —

—Fingir que no has visto nada. — me contestó Mel — Seguidme chicas.

—No sé si podré.

—Claro que podrás.

—Prometí no mentirle más.

—Ocultarle información no es mentirle.

—Mel, ¿se puede saber a dónde vamos? — le dijo Ale, pero ella la ignoró —

—Mel, no pases de mí. — le volvió a decir Ale, pero seguía ignorándola —

Ale suspiró al ver que Mel la ignoraba y entraba en una tienda.

—¡Qué impaciente eres Ale!

—¿Qué hacemos aquí? — dije viendo la ropa que había —

—He visto este modelito que me ha encantado. — dijo señalando un maniquí —

Amor prohibido (1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora